viernes, 31 de octubre de 2014

LIBERTAD LABORAL


LIBERTAD LABORAL PARA


REVALORIZAR LA VIDA Y LOGRAR





PAZ MUNDIAL



Por FROILAN SALAYA.

QUEDA HECHO EL DEPOSITO QUE MARCA
LA LEY 11.723 TOMO I y TOMO II © COPY RIGHT
BY AUTOR 400 722











LIBERTAR EL TRABAJO


INTRODUCCIÓN

La presente propuesta trata sobre como generar diez mil millones de nuevos puestos de trabajo. Sería una fatuidad de mi parte, pensar que todo lector de este ensayo pueda estar de acuerdo con todo lo que aquí se manifiesta. Mucho más si se considera que muchas de las propuestas que aquí se hacen, pueden ser calificadas como revolucionarias.

Pero es probable que muchos puedan coincidir con algunas de las que planteo. Algunos con muchas, otros con pocas, ya que sabido es que sería imposible una coincidencia total sobre todos los temas tratados, dada su trascendencia y complejidad. Pero es muy importante que aquellos que coincidan, aunque más no fuera muy parcialmente con lo expuesto, colaboren para llevar a la práctica los puntos concordantes con sus apreciaciones. Habida cuenta que cada uno de ellos puede, independientemente de los otros, contribuir con su aporte, a una mejor calidad de vida de la población.

Todos podemos colaborar para vivir en la paz del amor y la alegría que nos pertenece. Así hemos nacido con plenitud para vivir en la belleza y la alegría manifiesta en este mundo. Pero poco a poco vamos perdiendo la esencia espiritual de nuestro ser hasta el extremo de no sentirlo ni conocerlo. Esto ocurre porque vamos sustituyendo la verdad por falsas funciones psicológicas que no comprendemos. Todo lo cual esta acentuándose en este tiempo.

Como resultado de esto es que estamos envueltos en una peligrosísima guerra mundial, en lo personal y con todo lo que nos rodea.

Dicha guerra se libra en el trabajo, la familia la educación, etc. y tras la decadencia de nuestro sentir. Todo ello puede definirse como desamor o falta de valores para convivir en sociedad.
La degradación que ello provoca impide vivir en plenitud, amor, paz y alegría. Es como no darse cuenta del gratificante hecho de estar vivos. Por el contrario tenemos el deber de revalorizar la vida, descubriendo en cada uno de sus instales, los valores reales verídicos y permanentes que nos están faltando, descubrirlos y comprenderlos, nos devolverá la felicidad eterna.

Dejaremos así esta dolorosa guerra. Dejaremos de sufrir para gozar y enaltecer nuestro entorno. Solo así la psicología podrá servir para evolucionar a los seres humanos. El trabajo es un factor indispensable para la vida. Pero el trabajo no debe servir solo a una falsa economía, la ostentación y satisfacción de NBI o la mera codicia. El trabajo debe servir para expresar el amor en sociedad. Para que esto ocurra hay que discernir entre las modalidalidades o frentes de batallas que son constructivas o destructivas.

Es fundamental descubrir las mentiras que nos doblegan, hacen sufrir y desconocer los auténticos valores del cotidiano vivir con amor.

Hay que vencer esta guerra para cumplir con el deber natural de crecimiento integro de toda la humanidad.
No son ciertas las múltiples explicaciones y justificaciones que se dan en cuanto a que el empleo o el trabajo sean bienes escasos. Por el contrario, el trabajo es el bien más abundante en el mundo, ya que sólo con trabajo se pueden cubrir las necesidades insatisfechas que generan tanto sufrimiento y pobreza. Es decir: mientras haya una necesidad, se requerirá de un trabajo para saciarla. Pero las necesidades son tantas que superan con creces nuestra capacidad de trabajo y no podemos satisfacerlas todas. Además, cuando algunas de ellas se satisfacen, nos creamos inmediatamente otras. Porque así es el hombre actual: un tanto codicioso; cuanto más tiene, más quiere. Recordemos que el trabajo es el único generador de bienes y servicios para las múltiples carencias de todos, así se trate de la producción humanística o de producción de bienes reales. No se trata de que trabajemos de sol a sol como en los tiempos primitivos, donde no faltaba el trabajo, se trata de que lo hagamos placenteramente. Con la ayuda de las ciencias y las tecnologías actuales es posible que todos accedamos al tiempo libre y a un ennoblecimiento a través del trabajo que nos permita gozar del espiritualismo y de las múltiples oportunidades que el mercado ofrece. Las 2/3 partes de la población mundial es pobre y/o inculta y este es el ángulo geométrico desde donde se proyecta tanto sufrimiento. Como también la inseguridad pública, la salud, las malas relaciones y una pluralidad de sufrimientos a niños, mujeres, enfermos y a pobres del mundo.

El gobierno natural, real y verídico sólo puede surgir del trabajo. Así lo fue desde siempre. La partidocracia es solo una usurpación artificial. Propongo que cada sector laboral sustituya a los partidos políticos. Estos nada pueden saber porque son ajenos al trabajo sectorial y puntual. Cada sector laboral elegirá un representante gubernamental y en su conjunto constituirán un gobierno realmente representativo de sus distintos quehaceres. Recordemos que quien hace una actividad específica puede saber más del 90 % de ella y quien es ajeno a esto quizás no sepa el 1% y el pegar carteles, mentir o ensuciar paredes no puede sustituir la experiencia y la veracidad de la vorágine laboral.

Vivimos de símbolos, creencias, esquemas que nos confunden, condicionan y evitan que profesemos la verdad de cómo somos, cuáles son nuestras posibilidades y así hemos creado el peor mal del mundo que no es otra cosa que desamor. Nuestras relaciones no son tal y son artificiales y estereotipadas. Todo el cosmos es información de amor, energía y trabajo. Hay que darle mucho énfasis el modo de mejorar las relaciones internas y externas del individuo y su medio humano y no humano. Esto genera una demanda laboral infinita grata y evolutiva. Así el dinero empezará a perder su razón de ser y el valor humano valdrá más que el patrimonial. El ser valdrá más que el tener, y las ciencias y tecnologías junto al trabajo, nos trasladarán a lo infinito e imperecedero. Creo carecer de delirios y todo lo expuesto sólo trata de mitigar el dolor y el sufrimiento sustituyéndolo por una plenitud posible e incluso de los que nos es invisible.

Estamos capacitados para crear energía destructiva y constructiva. El desconocimiento de ello nos pone en la inconsciencia de esta guerra y huelga feroz que nutrimos con valores que crean falsos crecimientos.

Negamos y falsificamos la vida más allá de nuestros sentimientos y pensamientos puestos que ellos están condicionados en la actualidad, para esta guerra y esta huelga mundial que nos impide el placer de vivir en la inconmensurable alegría natural de lo íntimo y lo externo para trabajar en armonía con el universo manifiesto.

No olvidar jamás que dentro de nosotros está casi todo lo que más necesitamos: paz para poder manifestar nuestras mayores facultades, poderes y goces, más allá de los límites del espacio y el tiempo. Para ello el trabajo nos conlleva a todos y al todo. Nuestros límites están más allá del espacio.
El trabajo congruente es unión, cogestión e integración del verdadero vivir con amor. Hemos creado una funesta idea del trabajo que nos impide gozar de él y participar de ese gozo a los demás. Sentirse bien permanentemente, es como un vivir mágico. Este sentirse bien hace que logremos los mejores deseos materiales y espirituales.

En cambio esta huelga laboral hace sentir mal y nos lleva a una inacción que nos enferma mental, física y espiritualmente. Así jamás podremos vivir como se debe y merecemos sentir, pensar y actuar.

Estamos obligados a trabajar más allá de las necesidades biológicas y psicológicas para evolucionar. Pero caemos en un falso crecimiento, solo material, que nos hace sufrir y hasta matar en nombre de trabajos funestos.

Por dinero y éxito deshonramos al trabajo y en esas batallas destrozamos y decimos no tener nada contra nadie "que ello es nuestro trabajo". Esto es una involución auto justificada como lo vemos en la actualidad. El ángulo de proyección de esta guerra infame está en la ejecución de este falso trabajo o falso crecimiento. Pocos se ocupan de enmendar esta falsa economía que con grandes desarrollos científicos y técnicos solo sirven para redoblar la guerra y la huelga en pleno desamor, tortura, infierno y crímenes, hacia sí y hacia los demás. Es así como las falsas riquezas sirven para distribuir muchos heridos, contusos y muertos. Esta es la causa de la miseria masificada en todo el mundo. Se trata de una guerra tan totalizada que a veces ataca mas a los económicamente ricos que los carecientes. Es que no se trata de igualdades económicas hacia abajo o hacia arriba, se trata de encontrar en lo más profundo y silencioso de nuestro ser , los valores que nos enajenan de la realidad y de la verdad que es sentir amor para expresar el esplendor de la vida. Allí el trabajo ejerce una defensa insustituible; guerra por una autentica paz integradora.

Generar más trabajo solo para la pobreza socio económico puede generar más guerra, conflicto y contradicción. Las fuerzas destructivas de esta guerra son poderosas. Solo si el trabajo y la vida toda se enaltece podrá haber una desactivación de esta guerra porque ello infiere lo invencible: el amor que hoy se encuentra sustituido por valores y funciones psicológicas mentirosas que anulan nuestra conciencia. También anulan el conocimiento de nuestro autentico ser, su incuestionable poder, sabiduría, creatividad, libertad, solidaridad, entusiasmo y dinamismo eterno. Se trata del autentico ejercicio de la paz. Se trata de establecer un ejército sin armas y con los poderes intangibles del amor. El mismo es invencible a todo lo más poderoso que podemos hacer, conocer, imaginar o crear militar o cívicamente. En cambio con el crecimiento solo económico, nos encontramos engrosando las fuerzas de combate de esta guerra donde la brutalidad es inevitable hasta llegar a violar, matar a nuestra familia y aberraciones interminables comunes para estos tiempos.



LIBERTAR EL TRABAJO. DEFINICIÓN

Si se quisiera dar una breve definición de este concepto, se podría decir lo siguiente: libertar el trabajo es aplicar las estrategias e instrumentos que permitan generar muchísima más demanda de trabajadores que los disponibles, para que éstos tengan la libertad de elegir en el mercado laboral. Se requerirá para ello de la utilización de los inmensos recursos físicos, tecnológicos y humanos que se disponen (hoy, lamentablemente desaprovechados) y de otros recursos y proyectos que se señalan en éste y otros de mis libros. Asimismo de otros autores. Cuando se logre ese objetivo, es decir, cuando quien desee trabajar, tenga opciones y pueda elegir entre ellas la más conveniente y la más acorde al crecimiento de cada individuo, se podrá decir que se ha libertado el trabajo. Investiguemos juntos las siguientes:

OBSERVACIONES

1) El precio del trabajo: Actualmente el precio del trabajo es artificial. Para aumentarlo substancialmente en forma real, es suficiente con libertar el trabajo, que es el primer estamento que conforma todos los precios del mercado. Es también el primer componente de un auténtico liberalismo. Por lo tanto, se hace imperiosa y urgente la necesidad de desregular totalmente al trabajo. Si lo hacemos, lograremos aumentos sustantivos de su demanda. Surgirá así una sinergia que dará pie a la igualdad de oportunidades para toda persona de buena fe y buena voluntad para trabajar. Para lograrlo, hay que explotar todos los inmensos recursos físicos y humanos que hay desperdiciados y generar un auténtico mercado laboral libre, que sea tan abundante como para captar y darles opciones a todas las personas que puedan y deseen trabajar (incluso Jóvenes, enfermos, disminuidos ancianos, etc.).

2) Consumo y bienestar de la población: Actualmente, el consumo (por lo menos el mínimo necesario), está limitado a un sector de la población. Es decir, no se está cumpliendo con los preceptos primarios de un auténtico liberalismo. Sólo acceden a este consumo, aquellos que cuentan con ingresos suficientes. Así quedan fuera del sistema, amplios sectores de la población. Para lograr que todos seamos consumidores que no sólo compremos lo indispensable sino lo suficiente para potenciar considerablemente el mercado y a cada individuo es necesario instaurar una sociedad auténticamente liberal. Sólo de este modo lograremos un aumento indiferenciado del consumo, que generará más trabajo y viceversa.

3) Cantidad de bienes y servicios, su calidad y precios: Cuando se restringen las oportunidades de trabajo, se produce una menor cantidad de bienes y servicios y se resiente la calidad de los mismos por los bajos ingresos de los consumidores. Esto resulta ser muy grave, puesto que las industrias, el campo, los gobiernos, los comercios, etc., no logran vender sus productos adecuadamente. Por otra parte, es aún más grave cuando se trata de prestaciones intangibles. Es decir, cuando se reduce la educación, la cultura, la salud, el tiempo libre, etc., la sociedad se aquilosa y se restringe aún más la posibilidad de satisfacer sus necesidades y evolucionar masivamente. Es el trabajo lo único que las satisface y son los propios trabajadores en su rol de consumidores los que pueden revertir la situación. Es decir los consumidores expresados como empresas, instituciones, estados y población en general. Un país con libertad laboral producirá las máximas ganancias empresarias y recaudará los máximos tributos impositivos. Por lo tanto, tendrá empresas, ciudadanos y estados ricos. Cada desocupado o cada ocupado con bajos ingresos, es un atentado contra el liberalismo.

4) Armonía entre los factores del trabajo: La falta de trabajo y por lo tanto la falta de libertad laboral ha instaurado el antagonismo, la desconfianza y el  conflicto en el trabajo. Prueba de ello es que no se aprecia la armonía que debiera haber entre patrones, trabajadores, sindicatos, leyes, árbitros, etcétera. ¿Se daría esta situación si el trabajo fuera libre, y por tanto abundante?. Inevitablemente, todo ello ha de ocurrir mientras el trabajo no participe como un bien más, en el libre juego del mercado. Si así fuera, los sindicalistas tendrían funciones más elevadas y no de oposición o mera defensa de la paga y control de los abusos. Las leyes sociales han sustituido a la fraternidad y a la soberanía individual por organizaciones burocráticas, deshumanizadas y  corruptas. Éstas han tomado la forma de un asistencialismo, que sustituye al individuo y sus infinitas posibilidades para asumir por sí mismo su futuro y sus riesgos. Sólo la libertad laboral puede crear hombres autónomos, libres y valientes frente al reto del vivir. La seguridad social no puede ser delegada a terceros, debe pasar a ser una libre elección. Pero hasta tanto no se genere una auténtica libertad laboral, seguirá siendo necesaria una mínima
cobertura de lo eventual y legal (más adelante veremos cómo).

5) La falta de libertad laboral: Esta amenaza permanentemente la estabilidad económica de las empresas y genera un mercado de subsistencia. En estas circunstancias, las relaciones de los trabajadores y las empresas o los estados, se tornan frías, fragmentarias y meramente mercantilistas. Pierden toda  posibilidad de cuerpo y la dinámica humanística indispensable para generar crecimiento y productividad. Así muchas empresas aparecen, para luego desaparecer devoradas por el tiempo, sin advertir las causas de fondo de sus endebles. Se eclipsan en una explotación y ventajismos viles, sin valores éticos, morales ni espirituales; gerenciadas por la codicia y una alienación impía, corrupta y antisocial. Esto ocurre, porque se están infligiendo las leyes naturales del mercado en su componente más esencial: el trabajo humano y su libertad para integrar el mercado. Así sólo se logra perpetuar la pobreza y la riqueza de una sociedad miedosa y astuta y se limita perversa y recurrentemente las infinitas posibilidades que tienen las empresas como medio de nuclear el trabajo. Se trata de una lucha frustrante, que enferma los sanos principios del capitalismo y aliena a la dirigencia, haciéndola sufrir tanto o más que a sus propios sometidos. Todo esto ocurre porque se esta manipulando el mercado laboral. No advertimos que el individuo debe poder elegir. En la misma medida en que se libere el trabajo, las fuerzas del mercado fluirán y las empresas y los trabajadores tendrán una pujanza implacable que los conducirá hacia la riqueza y el bienestar de un mundo por completo mejor. Solo así reinara la fe, el bienestar, la alegría, el amor y la paz. Así cada uno y todos dejaremos de tener límites porque así es nuestro poder natural.

6) Los estados y su participación en la libertad laboral: Los estados serán vigorosamente saneados y beneficiados directa e indirectamente por la libertad laboral. Ellos, en las actuales circunstancias, jamás podrán ser democráticos ni soberanos. La base esencial para que propendan al bienestar general, es el trabajo. Mientras los estados no hagan lo necesario para que la civilidad acceda a las múltiples potencias que la naturaleza nos depara, carecerán de sentido y sus funciones se desvanecerán con consecuencias irreparables. Todos, absolutamente todos los factores que conllevan al bienestar de los pueblos, son trabajo. Aún las acciones del amor, al relacionarnos, son expresiones voluntariosas de nuestro sentir, y requieren energía. Por lo tanto, son trabajo y son opuestas a la pereza, la indiferencia o la inacción. Los estados y los pueblos deben u pobreza o su riqueza a la eficacia de las relaciones sociales para trabajar. Esto vale tanto para las personas como para los estados o las empresas. Promover el tino de estas relaciones generando genuinas y variadas oportunidades de trabajo para cada ciudadano, es la revolución psicológica social y espiritual más trascendental a que pueden aspirar los estados. Estos deben tener como función principal, crear condiciones para lograr trabajo abundante para todos. Pero si bien es cierto que la tendencia de la economía moderna se centra en procurar que sea la actividad privada la principal generadora del empleo, no debe descartarse la función del Estado en sus dos aspectos: como creador de las condiciones para que esto se dé y como partícipe activo, conforme lo plantearé más adelante. Debemos estar conscientes de que esto es lo fundacional y permanente para el logro de los más caros anhelos de bienestar y prosperidad. Es por estas observaciones que iré poniendo sucesivamente a consideración del lector, una gama de instrumentaciones que estimo impostergables para generar varias veces más trabajo que el que se demanda actualmente. Invito a toda persona de buena voluntad a investigarlas, mejorarlas y tratar de llevarlas a la práctica.
7) La restricción artificial del trabajo: Quizás ningún concepto de los expuestos, resulte tan nefasto como el que puede surgir de las pésimas consecuencias que se desarrollan cuando el trabajo se encuentra artificialmente restringido. Cuando esto ocurre, resulta ser un estigma de castigo. Hay sometidos, sometimiento y desunión en todos los niveles. Es indispensable una revolución económica y social para la integración, cultural y laboral de la sociedad. Vivimos en un mundo lleno de reivindicaciones, derechos humanos, leyes, declamaciones, ideologías y sensiblerías contestatarias. Pero nada de esto ha servido ni ha de servir frente a los registros inconscientes de una psicología economicista y mentirosa que todavía no comprendemos y por lo tanto, no revisamos. Sólo el cambio de las condiciones del trabajo, es lo que coadyuvará a la utilización que propongo de los inmensos recursos físicos y humanos hoy desaprovechados. Solo así se podrá revertir estos extremos y otras degradaciones. El trabajo puede pasar a ser de esta manera, una de las expresiones más alucinantes y gratificantes del vivir. Si lo libertamos, dejará de vivirse como un castigo, o cuando menos, como una obligación o una adaptación de conveniencia en la lucha por sobrevivir. Debemos dejar de poner paños fríos a los contusos que llegan a la esquina después de haber sido víctimas a media cuadra de un verdugo demencial. Es a éste a quien debemos advertir para evitar más contusos y hacer innecesaria la asistencia de los «paños fríos», porque este verdugo demencial, se pertrecha con las armas que le presta la falta de libertad laboral. Pero debo advertir que dicho verdugo puede estar también constituido por nuestros falsos valores. Libertar el trabajo implicará el relevamiento y uso de los abundantes recursos científicos, energéticos, tecnológicos, humanos y físicos desaprovechados y/o mal usados. Su explotación, generará más y mejores puestos de trabajo que los que hoy se necesitan. De tal manera, al sobrar el trabajo, las empresas tratarán de ocupar a todos los trabajadores disponibles y aún a los disminuidos, buscando que las relaciones entre los mandos y los trabajadores, sean cuerdas y placenteras. De este modo se logrará el crecimiento del individuo y se producirán beneficios en la producción. Cuando exista un auténtico mercado del trabajo, se generarán condiciones no autoritarias ni leguleyos para su aprecio y valoración, más allá de lo económico y lo profesional. Poner a los trabajadores bajo la tutela del libre mercado, permitirá que los mismos sean deseados por los empleadores, como cualquier otro bien o insumo necesario. Consecuentemente aquellos más capacitados podrán elegir entre las mejores empresas. Siendo así, aquellas que ofrezcan altos salarios, posibilidades de progreso, reconocimiento efectivo de los méritos del trabajador, capacitación y mejores condiciones laborales, serán apreciadas, (tal como se aprecian todos los bienes en el mercado) por su marca registrada. Así las empresas, en atención a su trayectoria y a sus nombres reconocidos, seducirán a los mejores trabajadores. Pero en la medida en que éstos vayan agotándose en el mercado laboral, las empresas que no hayan conquistado a los mejores, tratarán por todos los medios, de capacitar a aquellos con los que cuentan y a los que en el mercado, muestren condiciones y voluntad de progreso. Pero en la medida en que también éstos se agoten, las empresas buscarán incorporar, capacitar, adaptar y educar hasta a los disminuidos, enfermos, lisiados y marginados. Sólo así se podrá satisfacer el consumo al que accederán las grandes mayorías como consecuencia de la libertad laboral. De no hacerlo, no podrán competir con aquellas empresas que se les hayan adelantado en la selección del mejor personal. Esta competencia, no sólo se dará para conquistar a los mejores recursos humanos, sino también para conservarlos. Ello implicará que deberán dignificarlos y ofrecerles mejoras económicas y humanísticas. Hoy gran parte de la población no trabaja, y esto repercute en las familias hasta la degradación, el asistencialismo humillante, la degradación y la desintegración. Las consecuencias son muy graves para los niños pobres, el 30% de ellos tiene problemas judiciales. Luego, gran parte de éstos, puebla las cárceles en su adultez. Esto no se resuelve con más derechos hacia los niños. Se resuelve de un modo implícito y práctico con la libertad laboral que permitirá despejar y visualizar las buenas o malas condiciones y relaciones entre trabajadores y empleadores. El trabajo, de esta forma, dejará de ser desprestigiado, mal pagado y visto como un castigó. Es una cultura demencial ver hoy a los desocupados y a algunos asalariados como delincuentes y vagos, sin poner a prueba sus infinitas posibilidades laborales. Se ha arraigado así una psicología de miedo, indignidad, y adaptación cultural al sometimiento. Se trata de contenidos mentales de los que no somos conscientes y dominan nuestras reacciones, nuestros pensamientos y nuestra cultura. En ésta, ciertos trabajos son despreciados y obligados a ser hechos coercitivamente. Nos gustamos de diferenciarnos en el reino animal por ser conscientes de nosotros mismos, pero estos hechos demuestran que no es así.
No comprendemos que éstas son proyecciones psicológicas de nuestra mente, que nos arrastran en tropel hacia un mundo sin amor ni compasión. El amor, la conciencia y la inteligencia, no son ideas, creencias religiosas, dogmas o símbolos; son experiencias reales. Para que éstas se hagan conscientes en nuestro mundo interior, en la vida cotidiana y también en nuestro trabajo, es fundamental libertarnos de esas proyecciones psicológicas. Sólo así veremos el trabajo, no como un castigo, sino como un servicio gratificante a la sociedad, en retribución a lo que de ella recibimos. Así, sin proclamarla, obtendremos una revolución cultural. Lo cual implica ir más allá de los anhelos de la emancipación de la esclavitud.

Cuando falta el trabajo los valores se subvierten, puesto que el trabajo es la mejor forma de expresar la vida, aprender y evolucionar en esta gran aula abierta que constituye nuestro planeta. Por ello es que debemos lograr y hasta superar muy ampliamente el empleo total. Estas reflexiones nos permiten inferir, que el empleo se verá seriamente competido por otras formas de relación laboral. Pero para algunos políticos y economistas prejuiciosos, el empleo total significa inflación, comunismo, capitalismo del trabajador, etc. Más adelante expondré claramente que se trata de gente que solo cree saber, pero que no sabe y es tendenciosa e infundada. Para mí, simplemente, significa la oportunidad de poder elegir el trabajo conforme a la voluntad y capacidad de cada individuo para trabajar. La plena vigencia de esta condición, traerá aparejado un crecimiento armónico, soberano ético, psicológico, cultural y educativo en el mundo laboral. Las empresas y los gobiernos, siempre han regulado los precios, y con los precios, la cantidad de consumo y de trabajadores. Los gobiernos no ayudan a revertir esta situación, cuando equivocadamente o peor aún, en la idea de ganar votos, generan puestos de trabajo improductivos prescindentes o redundantes dentro de las áreas gubernamentales. A su vez, muchas veces por ineptitud, generan leyes y promueven normas que condicionan y limitan las iniciativas laborales. El término: «regulación», es usado por algunos falsos liberales sólo para referirse a los estados. No lo aplican sin embargo a los monopolios que requieren el control de los gobiernos y de los sindicatos para evitar los abusos de su supremacía y de la ausencia de competencia en el mercado. Aquí uso este término para referirme a todo tipo de regulación, inclusive a la del trabajo. Los países socialistas no se hallan al margen de la práctica de estas políticas y han implantado una regulación uniforme del trabajo. Con sus planificaciones, lejos de indicar, relevar y esclarecer la cultura, los recursos naturales y el trabajo, han instituido la coerción y masificado al individuo. Son muchos los estados y las empresas que practican esas políticas. Todos esos sistemas coercitivos (empresarios o estatales), atraen como un imán la pobreza extrema, puesto que limitan las libertades indispensables para ejercer el trabajo, que es la célula del crecimiento individual y de los pueblos. El grado de veracidad de estos conceptos, puede verse a través de la historia y de las situaciones económicas actuales de los países afectados, que van hacia un «conservadurismo» neoliberal de la pobreza y de la riqueza, que no tiene nada que ver con el liberalismo. A través de este «neoliberalismo mentiroso», se cometen serias ofensas contra los padres de lo auténticamente liberal. Resulta así, un planteo ridículo y simplista que se basa sólo en la mera conveniencia económica, ignorando la totalidad de la vida y sus valores fundamentales. Pero en algunos países y empresas de vanguardia, se están viendo profundos cambios. Éstos se han dado: en el modo de trabajar; en el comercio internacional; en los adelantos tecnológicos y científicos; en valores de los trabajadores; en los sindicatos y entre otros, también en la visión de algunas empresas y estados. El conjunto de los cambios descriptos, hará que cada vez sea más difícil regular y limitar el trabajo humano, especialmente si se agregan los recursos físicos hoy desaprovechados, para que haya muchos más puestos de trabajo que los que se necesitan. Esto creará la necesidad de que, empresas, estados y empleadores, cambien las condiciones para que el trabajo se ennoblezca, se incremente, se tecnifique, se haga más espiritual, más productivo, mas educativo, más placentero, más creativo, más libre y sano, sea menos fatigoso, tenga horarios más dinámicos y pueda ser ejercido por todo el núcleo familiar que quiera y esté en condiciones de hacerlo. Todo ello conducirá a que se produzca y se consuma más y a que se enaltezca horizontalmente la calidad de vida y mejoren los modos de trabajar y el precio del trabajo. Algunas empresas y estados de vanguardia en el mundo, aplicando una adecuada psicología, han promovido adelantos en la cultura, la integración, la moral y la productividad de sus trabajadores. Han valorado más el capital humano y tecnológico que el capital patrimonial y monetario. De tal manera, consiguieron que cada vez haya más población trabajando y que lo hiciera más a gusto y toda la familia, para que no sea el padre el que se sobre esfuerce. Estos países y empresas han roto la verticalidad de los organigramas y sus cúspides considerando a los trabajadores como personas que deben crecer para bien de sí, con lo que han obtenido el crecimiento, el bienestar general y el propio. Ello permite la autogestión y el compromiso de cambio, a la vez que establece un ámbito de libertad para que el trabajo sea hecho con creatividad, responsabilidad y satisfacción. Han logrado así en todo el ámbito laboral, un crecimiento tecnológico, económico, psicológico y cultural que les ha permitido ir a la vanguardia del crecimiento. También estos países y empresas están trasladando al trabajo, desde la antigua cultura industrial de la uniformidad, hacia la cultura de la informática y la robótica, donde la necesaria diversidad laboral se logra por autogestión del trabajador, como persona y célula de toda empresa, sociedad, estado y sus economías. La informática ha reducido mandos intermedios y la robótica ha reducido gran parte de la fatiga y el tedio en las operaciones repetitivas del llano. Se gesta una atomización del comercio y la producción.
Las empresas grandes imitan a las chicas, con la subdivisión en grupos pequeños y dinámicos administrados por coordinación. A la vez, buscan empresas más chicas para asociarse, puesto que también, el trabajo unipersonal es visto como una empresa rentable. Cada vez se toma más conciencia del valor cultural, tecnológico, espiritual y médicos que tienen estos nuevos modos laborales y de la necesidad de concebir una estrategia política que los promueva desde los estados. Cuando los establecimientos educativos no van a las fábricas, éstas tendrán que ir a la educación. ¿Por qué estas situaciones no han de resultar buenas y aplicadas también por empresas chicas y países pobres?. Éstos, seguramente, también terminarán adoptando el criterio de las empresas y países evolucionados, si implementan la libertad laboral. Si así lo hacen, habrá una mejora sustancial en el medio del trabajo y en el modo de trabajar. Todo ello es absolutamente benéfico para el mundo en general. Estas decisiones, son urgencias impostergables de la realidad mundial y son providencias que se deben tomar, en especial, allí donde más pobreza hay.

Los cambios apuntados (con el agregado de una gran revolución psicológica, educativa, espiritual, cultural y tecnológica), son los que están llamados a extraer de raíz la miseria de los pueblos, y a coadyuvar a la felicidad y a la paz del mundo. Se deberán hacer a través de una mayor armonía interna e internacional, puesto que, junto a la libertad laboral, llevarán a los países hacia un mundialismo colaborativo. Para ello, se hace imperiosa la necesidad de definir anticipadamente una moneda única mundial, basada en los dos hechos fundamentales que conforman toda la economía: el precio del trabajo y el precio de los bienes y servicios. El trabajo, como artífice del bienestar, y los bienes y servicios como fruto del trabajo, para satisfacer al consumidor y a la sociedad toda, a la que se debe servir con lo producido laboralmente.

Gran parte de las mejoras antes anunciadas, se están dando casi con exclusividad en algunos países y empresas crecidos. Pero aquí debemos referirnos a las empresas y países afectados por la miseria extrema. ¿Cuáles son sus características?, ¿qué hemos de hacer en ellos?. Generalmente, los recursos físicos de los países pobres son importantes y su naturaleza es pródiga, pero el trabajo es infecundo. Los caracteriza además, el miedo, la pereza, la ventaja, los privilegios, la corruptela y las trabas funcionales. En los países medios como la Argentina, la situación mejora; pero quedan sectores amplios de la población, totalmente marginados. Y esto es una vergüenza para todos. Al imperar una cultura fragmentaria y de bajo nivel espiritual, esa vergüenza no se siente, lo cual, constituye su- propio castigo, ya que esos hechos y la falta de una fraternidad colaborativa, resultan ser el impedimento para que la sociedad produzca masivos cambios culturales, económicos y psicológicos. Por lo tanto, toda la sociedad (ricos y pobres) debe vivir en una mediocridad e inseguridad insostenibles, donde todos pagan las consecuencias. Es por ello que es tan importante una educación basada en esas causas y consecuencias cotidianas y no en programas ajenos a la realidad. El presente y el futuro de un país se define por, su trabajo y su cultura. Culpar a los demás, con o sin razón, resulta fácil, aunque desgastador e inconducente. En cambio, lo que aunque resulta difícil y sería muy útil, es encontrar soluciones de unión y cordura, donde participen los supuestos culpables, acusadores, víctimas y victimarios en un plano unitivo de colaboración. Para ello las emociones negativas están de más y conviene erradicarlas e ir a la objetividad útil, que nos libere de los infiernos propios y ajenos. Procuraré a continuación, mostrar parte del camino a transitar desde la miseria hasta la abundancia (en otros libros desarrollo otros caminos complementarios).

1)  Relevar y evaluar, para luego explotar al máximo, todo recurso físico capaz de generar oportunidades cuantitativas y cualitativas de trabajo, de manera tal que todo habitante que lo quiera, pueda tener a su libre elección, un menú amplio y surtido de posibilidades de trabajar que se adapte a sus aspiraciones y a su capacidad. Para lograr esto, hay que realizar dicha evaluación, haciendo uso de los principios socioeconómicos de la geografía como ciencia a nivel regional, zonal y local. Y para resolver los problemas que plantea ese relevamiento, hay que contar con una gama de recursos tecnológicos y hacer un ordenamiento de los recursos institucionales, económicos y naturales de esa geografía. Contribuirá a comprender esto, leer las propuestas que presento aquí y por separado, en los títulos «Banco Tecnológico»; «Aumento de los ingresos y del bienestar general» «Liberables», y una diversidad de temas que exponen sobre los recursos físicos, humanos y novedades energéticas como fundamentales.
2)  Facilitar a empresas y personas, el acceso a bienes muebles e inmuebles para trabajar. Para ello se pondrán a disposición de todos los interesados que presenten razonables proyectos productivos, para los recursos inexplorados que se hayan explorado y que estén disponibles para su adecuada explotación.
3)  Dar amplia difusión para poner a disposición de todos, una lista de las necesidades y servicios que no se hayan cubierto satisfactoriamente, sean de interés para el país y/o la exportación, se encuentren monopolizados, o deban importarse desventajosamente. Para ello se deben facilitar, todas las tramitaciones y los créditos que permitan subsanar los inconvenientes que pudieran tener los productores, para promover y concretar sus exportaciones y su producción interna. Cuando no existan recursos financieros intestinos, visualizar las posibilidades externas y facilitarlas. Ayudará a esto, leer lo explicitado en Banco Tecnológico Mundial (del mismo autor).
4)   Disponer de cuantificaciones y factibilidades económicas y técnicas para los
interesados (sean éstos empresas, estados o personas), a través de evaluaciones ciertas y claras de las distintas oportunidades de trabajo.
5)  Diferenciar las oportunidades de trabajo que requieran inversiones grandes o medianas en dinero y/u otros recursos, de aquellas que sólo requieren condiciones y capacidades personales, grupales, empresarias o individuales y/o pequeñas inversiones.
6)  Facilitar la formación de empresas (privadas, o mixtas), para la asociación de grupos de trabajo, en función de la cantidad de recursos humanos, patrimoniales, financieros, tecnológicos, bienes de capital, etc., con que se cuente. Asimismo, formar empresas sectoriales estatales allí donde las empresas privadas no lo hacen. Se generan así, más empleos que los necesarios, para que el trabajador, como un bien, compita libremente en el mercado. (Ver más adelante Empresas Autárquicas).
7)  Coadyuvar a la eficiencia del trabajo, con proyectos de importación, administración, comercialización y financiación. Esto se hará a los efectos de tener insumos que permitan multiplicar los productos necesarios para el libre mercado interno, tratando de no limitar la independencia ni ahogar las iniciativas y creatividades individuales o empresarias. (ver Banco Tecnológico).

8) Poner a disposición de poblaciones, empresas y estados extranjeros, oportunidades de trabajo viables y de rendimiento económico, para posibilitar la complementación e intercambio de inversiones y trabajo. Estos vínculos traen, además de relaciones comerciales, un cambio de visión y un sentido crítico del trabajo. Por lo tanto, no se debe temer egoístamente de los nativos que se van, ni de los extranjeros que vienen. Esto se puede lograr a través de trabajos de complementación internacional que equilibrarán los recursos profesionales, técnicos, físicos, económicos etc., entre distintos países y a través de las representaciones diplomáticas.
9)     Solicitar todo el apoyo posible en dinero, equipo, tecnología, planificación, administración, etc., si el país en cuestión está asociado a organismos internacionales. Tener en cuenta además, que hay en el mundo en cantidades insospechables, variadas O.N.G Y organizaciones privadas e institucionales, que aportarán ávidamente a este programa, si se lo divulga plena y adecuadamente.
10)  Hacer participar, siempre que en el país haya paz, a todas las fuerzas armadas como apoyo logístico y como medio de afianzar la paz interior y exterior, a través del trabajo fecundo. Además, la inserción de las fuerzas armadas permitirá: a) Aumentar el número y calidad de las fuerzas de trabajo, b) Incrementar los recursos allí donde falten, c) Darle al trabajador militar, más legitimidad, sentido y misión en tiempos de paz. d) Mejorar la defensa de los países a través del desarrollo cultural y económico. Así también se logra segundad intestina y que disminuyan los gastos en justicia, cárceles, controles, etc. La defensa inexpugnable de un país se logra aprovechando los tiempos de paz para potenciarlo y engrandecerlo íntegramente.
11)  Los estados, todas sus dependencias e instituciones; cada escuela, universidad, empresa, regimiento, juzgado, sindicato, repartición policial, delegación técnica, hospital, institución religiosa y cada representación vecinal, comunitaria, cultural, deportiva, artística etc., etc., etc., deberán:
a) Relevar y evaluar económicamente su área funcional, con el propósito de que cada una de ellas aporte por lo menos un proyecto de trabajo con su respectivo análisis de factibilidad económica, técnica, financiera, social, ambiental, patrimonial, etc. y lo ejecute. Esto, para dar lugar a nuevos y mayores emprendimientos productivos, que podrán ser hechos en el mismo lugar de trabajo, o fuera de él. Todos (fuera o dentro de su lugar de trabajo), deben servir para compensar los mayores ingresos que percibirán, si esta propuesta se lleva a cabo. En especial, cuando ella deba hacerse hacia fuera del trabajo estatal, se hará en beneficio de mejores oportunidades laborales para los grupos 7 y 8 graficados en los cuadros 2 y 3 expuestos en la «Situación Socioeconómica Mundial» (del mismo autor), b) Ceder y/o recibir trabajadores estatales prescindentes (sin limitar sus ingresos monetarios o su jerarquía), para que trabajen en las organizaciones y empresas creadas a estos fines, redimensionando así al trabajador estatal, dándole otra visión y oportunidad para mejorar sus ingresos y su calidad de vida. Como consecuencia de la libertad laboral, los sueldos aumentarán tanto en lo privado como en lo estatal. Estos aumentos, sólo pueden surgir del aumento de la productividad para evitar inflación. Ésta sólo se evita equilibrando el ingreso con la producción y el consumo. Solo una mayor producción y su mayor oferta, evita que el mayor consumo produzca inflación.

12) Implementar dentro de cada país, una moneda cuyo índice de fluctuación surja de la relación eterna existente entre el valor del trabajo y el valor de los bienes y servicios. Sólo así, la moneda acompañará la economía real de los países, más allá de la falsificación de las monedas meramente nominales. Y sólo así se evitarán la inflación (ver «Moneda Real» "del mismo autor") y las monedas espurias que surgen de la falta de libertad laboral.
13) Vincular la oferta y demanda de trabajo a lo largo y a lo ancho de todos los países y fuera de ellos, a través de las distintas organizaciones y agentes estatales y no estatales, para: a) Tener un único padrón laboral que se vaya actualizando y que centralice y descentralice su oferta geográficamente, b) Aumentar las posibilidades de trabajo, no solamente para los desocupados, sino también para todos aquellos que deseen mejorar o cambiar sus condiciones laborales o quieran hacerlo en forma muy particular. Es decir, la población económicamente activa (PEA), debe aumentarse. Para ello, deben eliminarse las trabas limitantes, posibilitando el acceso al trabajo de aquellos que sólo pueden hacerlo en tiempo y horario parcial (medio día, una semana, tres meses, un año, etc.). Entre ellos: jubilados, estudiantes, madres y padres solos o con hijos discapacitados o enfermos; y aquellos que quieran compartir un mismo empleo: trabajadores domésticos, educativos, también y todo servicio prestado por trabajadores independientes, d) Establecer reglas de juego claras, justas y estables en el tiempo, que hagan posible que las empresas puedan planificar a futuro, e) Propiciar con estímulos a las empresas que, no haciéndolo actualmente, quieran trabajar 24 hs. o toda la semana o incrementar sus horarios, para aprovechar mejor sus equipos, instalaciones, transportes, horarios del personal, etc.
14) Todo el relieve de los puntos anteriores deberá ser hecho de modo que nadie se quede sin trabajo, o con uno no adecuado a sus aspiraciones, necesidades particulares y condiciones individuales. Asimismo que queden variadas oportunidades para una libre elección y una libre competencia laboral. Todo ello debe hacerse mediante un servicio centralizado por coordinación y descentralizado en delegaciones y secretarías zonales y locales (ya existentes en todos los estados). A los pequeños emprendimientos, se les deberá facilitar una administración común que les permita cumplir a bajos costos con los deberes impositivos, sociales, comerciales etc. Tema éste, que se verá desarrollado más adelante. Todo esto permitirá: a) Que cuentapropistas y pequeños empresarios, tengan cobertura social y una legalidad mínima, b) Que la gran cantidad de emprendimientos empresarios detallados en a, puedan llevar sus proyectos adelante con menor temor al riesgo, c) Que las empresas y emprendimientos chicos, tengan menores costos administrativos y legales. Se evitarán así en gran medida los monopolios, aumentará la oferta de bienes y servicios y los pequeños y medianos emprendimientos de trabajo, estarán en un pie de igualdad en cuanto a oportunidades, con las grandes organizaciones. Debe haber igualdad de oportunidades sin que ello implique privilegios con otras empresas (chicas o grandes), d) Que patrones y empleados se favorezcan mutuamente con una libre relación laboral, e) Que los costos de producción por trabajo, sean más previsibles a través del tiempo, f) Que empleadores y empleados puedan rotar tanto como haga falta para lograr una estabilidad de intereses comunes, g) Que la concentración de la oferta laboral, permita exportar e importar trabajo, h) Que las empresas chicas y aún las unipersonales, igualen sus posibilidades con las medianas y grandes, i) Que este programa tenga como esencia nuevos valores y la revisión de los falsos y mentirosos valores que rigen en la actualidad.
15) Abolir o adecuar las leyes y normativas vigentes que impidan las distintas secuencias de este programa indicativo.

REFLECCIONES

Se expondrá un menú amplio de tecnologías energéticas. Con energía limpia y barata, esta propuesta dejará de parecerse una utopía. También allí se presentarán tecnologías para las energías en las personas, sus relaciones y conflictos.
Estas condiciones pueden ampliarse, mejorarse o corregirse. ¿Cuáles deben ser los impactos que produzca esta política, si ella logra hacer sobreabundar el trabajo para todos? Se eliminará el círculo vicioso de una economía de privilegios y dirigismos, que coarta la libertad para trabajar, que limita las ventajas comparativas de la economía y que permite que todo quede a merced de un miserable mercado interno y/o externo. Mercados con esos condicionantes, no tienen expectativas de crecer, puesto que en ellos, tanto la riqueza como la pobreza se hallan «celosamente congeladas». Todo país, por chico o pobre que sea, podrá llevar a cabo este programa y crear las condiciones óptimas para que a toda la población le sobren oportunidades cualitativas y cuantitativas de trabajo. Ello equivaldrá a producir grandes explosiones de riqueza con una ventaja para los países pobres respecto de los países crecidos: la virtud no es tan válida en circunstancias favorables. La gran virtud está en superar los inconvenientes aún en la máxima indefensión. Con la ventaja respecto de los países desarrollados que, por el hecho de que se parte desde muy abajo pocos beneficios se miden más arriba. Con medidas como las anunciadas, se puede crecer durante los primeros 10 años, utilizando un ejemplo muy pesimista, a tasas del 15% anual. Esto permitiría un incremento en ese lapso, del 304,5% del PIB, cuadruplicando la producción actual. Si durante el siguiente decenio se creciera al 7,5% (esto es a la mitad), cifra que muy bien se puede extender en el tiempo, el PIB se incrementaría al 627,7% respecto del inicio de estas medidas. Es decir que un país que adoptara las medidas apuntadas multiplicaría por 7 su PBI en 20 años, récord que por otra parte, no se produjo nunca en ningún país del mundo. Aplicando los beneficios de la libertad laboral, estos porcentuales pueden aumentar inusitadamente. Todo esto se verá acentuado por las nuevas tecnologías que presentaré y las que otros sumen. Es necesario hacer mucho énfasis en la elevación de la cultura y en la claridad social. Cualquier acción política organizativa, por bien intencionada y genial que sea, es sólo una especulación intelectual cuando no están dadas las condiciones. Por lo tanto, se trata de promover la receptividad y la expresión de las fuerzas psicológicas y espirituales, así como los recursos técnicos y naturales para que trabaje todo el que lo desee. Es más: aún cuando la población mundial siga aumentando, el planeta tierra se hallará subocupado y fecundamente disponible. Podríamos ponernos a trabajar sin cesar todos los días del año, día y noche, hombres y mujeres, niños y ancianos, absolutamente todos sin parar un minuto y aún así sobrarían recursos y faltarían trabajadores, puesto que se aumentaran los recursos y habrían acumulado nuevas carencias que se sumarán a las actuales. Estas carencias hoy se expresan en forma de pobreza masificada, debido a que hay y hubo grandes masas de la población sin trabajar. Siendo el capital, trabajo acumulado, tampoco es tan cierto que la pobreza se deba a la falta de capital. Generemos las oportunidades para libertar el trabajo y tendremos implícitamente, cada vez más capital disponible, lo cual equivale a hacer más cierto que lo que hace falta es libertar el trabajo para todos. Cuando decimos que falta agua, tierras cultivables, viviendas, saneamiento, alimentos, etcétera, estamos diciendo en realidad, que lo que falta son trabajadores y las condiciones necesarias para que todos, absolutamente todos, trabajen y aporten bienestar. Si se sabe hacer una adecuada revolución cultural, se dispone de tecnologías de producción, libertad para trabajar, energía adecuada y saneamiento para cuidar y conservar los recursos naturales, el futuro del mundo será feliz. Si se logra libertar el trabajo y nuestras fuerzas psicológicas y espirituales se ennoblecen, habiendo trabajadores, tecnología y una naturaleza pródiga disponibles, no hay argumento válido para que no podamos ver un futuro de felicidad, El país que sepa elevar el trabajo y los nuevos valores que nos están faltando, se encontrará, sin darse cuenta, en la cúspide del concierto mundial. Ello será equivalente y muy superior quizás, a la invención de una extraordinaria máquina, o equiparable a la descubrimiento de la rueda, la escritura, los números, la informática, la revolución verde y otros desarrollos juntos. Veamos ahora las consecuencias de lo expuesto hasta aquí:
a)   El aumento de las oportunidades de trabajo, hará subir los salarios. Pero al existir una absoluta libertad y facilidad para trabajar, se incrementarán competitivamente los bienes y servicios ofrecidos. Se despertará así hacia una política de tecnología, creatividad y productividad. Esto será el impedimento para que aumente el precio de los bienes. Se impondrá así una auténtica calidad humana y tecnológica que aumentará constantemente la calidad y la cantidad de lo producido, lográndose a la vez una mejora del poder adquisitivo. Asimismo, las empresas mejorarán las condiciones cualitativas del medio laboral, para poder obtener los mejores recursos humanos. Estableciendo una moneda que acompañe a la economía real, toda posibilidad de inflación espuria desaparecerá, porque se equilibrara la mayor producción y/o productividad con el ingreso y el consumo.
b)   Cuando haya trabajadores en circunstancias de elegir y negociar en un pie de igualdad con los empleadores, se habrá gestado de un modo total una gran revolución psicológica, económica y espiritual. Los «porqués» de lo expuesto, son deducciones históricas y económicas y están dados en algunos estados y empresas de países desarrollados. Esta propuesta surge de observar sus reacciones y orientaciones económicas. Parte del «cómo», se encontrará en innumerable literatura, en observaciones analíticas de las economías y formas de vida de países y empresas de vanguardia mundial. En ellos el trabajo tiende a ser más creativo, productivo, bien pagado, placentero y cada vez más, un medio para hacer crecer al trabajador como persona. Todo lo cual puede empezar a ser realidad en empresas y países pobres. si propuestas como ésta se llevan a cabo. Sólo es necesario crear en las grandes mayorías, una visión psicológica que supere todas las motivaciones y aspiraciones y que vaya mucho más allá de los límites culturales de cada país, para exaltar sus potencias y virtudes ignoradas e infinitas.

No se trata en absoluto de liberalismos adulterados; se trata de libertar las causas, los orígenes de todo mercado y de toda economía: el trabajo. Es la libertad básica, fundamental y fundacional que debe exigir cada empresa, cada trabajador cada estado e individuo, más allá de los idealismos y prejuicios. La libertad del trabajo es una propuesta absolutamente nueva. Tan nueva que ni siquiera se ha declamado en los proselitismos. Es además una propuesta tan simple que es absolutamente inequívoca para vencer la fuerte inercia de la miseria económica y cultural de los países pobres. En toda la historia del mundo, no se ha llevado a cabo esta propuesta de trabajo en libertad. Esto es tan importante como lo son todas las cosas simples de la vida. Es que siempre ha sido una de las características históricas de la humanidad, que ha necesitado redundar en múltiples complejidades y contradicciones para ver lo real, que nunca es abstracto: es simple.

¿Habrá llegado el momento de ver y poner en práctica esta grandiosa simplicidad, que inconfundiblemente salvará y redimirá al hombre? Sin duda que así será. Libertar el trabajo no es pseudo liberalismo empresarial o sectorial; tampoco es delegar la organización del trabajo a los que tienen más dinero o poder, para que hagan asistencialismo o caridades vanidosas. El hombre no evolucionado, aspira a tener mucho poder o dinero para luego, tal vez, dar. Pero al no fijar límites a sus ambiciones y codicia, nunca llega a tener lo suficiente para satisfacer sus ególatras caridades. Por lo tanto, libertar el trabajo debe ser libertarlo absolutamente para todos, sin confundir esto con asistencialismo, sistemas socialistas o sindicalismos contestatarios que, por el contrario, lo compulsan con totalitarismos excluyentes de la soberanía individual. La soberanía individual no debe ser manipulada por las plutocracias, ya sean socialistas o capitalistas. La diferencia entre ambas plutocracias, sólo estriba en su grado de centralización organizativa. La libertad para trabajar no puede tampoco basarse en la imitación «colonización» cultural de los imperios ideológicos, políticos o económicos del mundo.

La libertad de trabajo no es neoliberal; es auténticamente liberal. Cuando el neoliberalismo se aplica en los países pobres, los destroza, puesto que lo que logra restringiendo la oferta no es una sana competencia. Sus consecuencias se ven en la disminución del consumo y del trabajo. Así se empobrecen más los pueblos y los mercados. Los señoriales gastos, deben cubrirse necesariamente con ganancias excesivas en medio de una recesión generalizada. Recordemos que el liberalismo auténtico, propone una oferta libre, abundante y atomizada. Ello se logrará libertando material, espiritual y psicológicamente el trabajo, para una cultura y una sociedad libre, fraterna, con un bienestar pleno, sin privilegios y con poderosas oportunidades para todos.

OTRAS CONSIDERACIONES PARA LIBERTAR EL TRABAJO

No se puede de ningún modo confundir el comportamiento colectivo con el individual. El individuo se ve modificado por las culturas y todo lo que el mundo exterior representa para él. No obstante, para evitar confusiones, todo análisis individual, debe ser diferenciado de todo análisis colectivo en el tratamiento de los malos hábitos. Por esas consideraciones, he dejado ya planteado parte de lo colectivo en todos los pasajes referidos al trabajo. Pero es también impostergable el diseño de una confluencia metódica, axiomática e idiomática de carácter científico y secular, que eleve las características cognoscitivas, psicológicas, emocionales, morales y espirituales del individuo, en lo laboral, familiar y social. Los instrumentos y métodos necesarios, salen del lugar de este espacio y son puntuales y específicos. Sólo los expondré parcialmente a través de la siguiente propuesta de trabajo, que se basa en el adiestramiento, aprendizaje, apoyo logístico, financiero y administrativo, para hacer al trabajador cuentapropista, asalariado, eventual, de servicio, etc., más confiable y eficaz, a la vez que complementario de otras actividades. Para adecuar y mejorar a esos trabajadores y facilitar su acceso donde sean más útiles y mejor pagados, es necesario: Ofrecerlos; capacitarlos; conjuntarlos: legalizarlos; ayudarlos financieramente: promover y centralizar su producción; asegurarles un crecimiento personal y una continuidad laboral, un futuro económico digno y una evolución cultural, espiritual, profesional, psicológica educativa y familiar. Esto se debe llevar a cabo, haciéndolos partícipes y artífices de la solución de su propia problemática. Es sabido que una alta proporción de trabajadores, no se halla agremiada ni tiene cobertura médica, social ni legal. El carácter unipersonal, eventual o temporal de su trabajo, dificulta las relaciones con sus empleadores. Si esas coberturas se hacen por medio de empresas estatales (luego veremos cómo) y al margen del pago de los empleadores, se evitarán temores y conflictos legales. Es de hacer notar que el miedo y los resquemores, siempre bloquean y limitan las relaciones laborales. Muchos son los que necesitan empleo y muchos son los que necesitan trabajadores. Pero mientras los sindicatos reclaman empleos fijos y de jornada completa, muchos trabajadores sólo pueden o quieren hacerlo a tiempo parcial o temporal. Del mismo modo, muchos empleadores buscan trabajadores temporales, de jornada parcial, estacional, etc.

Mientras unos necesitan trabajar, otros necesitan trabajadores. Pero infinidad de situaciones no bien resueltas lo impiden. Vemos por ejemplo que en los países pobres, sólo trabaja una ínfima parte de la población que quiere trabajar. Para que pueda hacerlo hay que romper el prejuicio de la jornada completa y del trabajo permanente. Hay que permitir que aquellos que deseen o puedan trabajar sólo a tiempo o jornada parcial, o sólo por unos meses, lo hagan con libertad. Hay que permitir que empleadores y postulantes tengan la oportunidad de probarse y conocerse mutuamente y que lo hagan con más libertad y menos resquemores. Es posible lograr que trabajadores de todas las disciplinas, que quieran probar un nuevo empleo a tiempo parcial o compartir con otros trabajadores un mismo empleo y responsabilidad, lo puedan hacer. Estas libertades, si se encuentran debidamente delimitadas, a efectos de no crear ventajismos empresarios o estatales en desmedro de empleos estables, permitirán:
a)  Reemplazar temporalmente al trabajador estable, por un trabajador eventual.
b)  Que las empresas se animen a probar suerte en actividades creativas o nuevas y de cierto riesgo.
c)  Cubrir ausencias temporales de los trabajadores estables, tales como enfermedades, vacaciones, problemas personales, etc.

d)     Que los trabajadores no tengan que sobrecargarse cuando se requiere una sobreproducción, y que ésta sea atenuada por personal eventual.
e)     Promover oportunidades de conocerse y relacionarse entre los trabajadores y empleadores.

f)   Que trabaje todo aquel que lo desee y que tenga un menú de oportunidades
cuantitativas y cualitativas.

Es necesario que sean cada vez menos los que se sobre esfuercen y más los que trabajen. Es decir, que muchos jubilados, estudiantes, amas de casa, adolescentes, etc., lo hagan menos tiempo, más a gusto y más libremente y que sea mayor la población ocupada. O sea, que su trabajo esté de acuerdo a sus aspiraciones, vocaciones, experiencia, horario y necesidades particulares. Todo este tipo de trabajadores, así como los inmigrantes legales e ilegales, son un componente importante en los países ricos. De ningún modo ellos afectarán el empleo estable si hay una implementación eficaz del trabajo eventual. Por el contrario, gran parte de los trabajadores estables en países crecidos, surge de una experiencia de este tipo. Sería de gran significación, que los sindicatos colaboraran no sólo en mejorar la paga de los trabajadores, sino en que una mayor parte de la población pueda trabajar. Sólo esto puede permitir un ocio sano, menos sacrificios y menos pobreza. El sindicalismo no puede limitarse a reivindicaciones contestatarias. El sindicalismo debe hacer que el trabajo se manifieste y culturalice en la gran horizontalidad del pueblo todo. Es fundamental producir un cambio político-estatal, donde sean los sectores funcionales del trabajo los que sinteticen naturalmente el gran quehacer de la sociedad. (Ver «Antidemocracia, paz y trabajo») (del mismo autos)

Hay también muchos padres y madres solas, estudiantes, discapacitados, jubilados, enfermos, y viejos, en buena o regular situación económica, que buscan un trabajo adecuado a su situación particular y no lo obtienen. Incluso muchos de ellos pueden trabajar y rendir más en su propia casa y su familia. A la vez que existe una importante población de niños, enfermos, ancianos, etc., que limitan las posibilidades de trabajo de sus familiares. Estos ven trabado así su desarrollo laboral y económico. Todo ello puede ser resuelto por medio de una coordinación, que ayude a que se pueda trabajar, aún frente a estos inconvenientes. Esta problemática se halla planteada en todo el mundo sin que se haya resuelto. Al parecer, simplemente porque no se ha advertido lo suficiente; o bien, porque no se la ha instrumentado. Algunos informes sociales, estiman que sólo uno de cada cuatro niños, obtiene el apoyo y cuidado que necesita. Hay madres muy capaces que se encuentran frustradas y retraídas en sus oportunidades de trabajo. Abundan trabajadores de distintos niveles culturales, intelectuales y profesionales que pueden asistirlas, pero su oferta no se encuentra debidamente visualizada de un modo orgánico. Tampoco su demanda. Si esto se hiciera, se lograría una complementación entre desocupados y ocupados de distintas profesiones. Ello permitiría obtener resultados tan benéficos, como los que todos conocemos en la división del trabajo industrial. Es contradictorio y curioso ver que en los países pobres es donde más falta el trabajo y donde menos orden, eficiencia y libertad hay para trabajar. ¿No es ello una gran desinteligencia y a la vez una indolencia? Así los trabajadores de servicios domésticos, por ejemplo, si se los asiste, capacita y mejora permanentemente, mejorarán cada vez más sus propias condiciones y las condiciones familiares y laborales de las otras profesiones. Habrá así legalidad e identificación entre trabajadores y empleadores. Esto dará como beneficio, que se establezca una confiabilidad recíproca. Si a ello, agregamos una formación docente, información permanente, aprendizaje y capacitación funcional y cultural, tendremos que cada día se podrán ofrecer mejores trabajadores que permitirán una mayor productividad, confiabilidad y eficacia. (Ver «empresas autárquicas»). Éste puede ser un movimiento dinámico de personal en disponibilidad, pero con una continuidad laboral asegurable, todo el año por coordinación administrativa. Lo aquí expuesto, implica vincular el trabajo con la educación y la economía; la asistencia social con los recursos humanos; la productividad y el ingreso con la cultura del amor y funcionalidad que todo trabajo representa. También implica complementar y apoyar a los que más tienen con los que menos tienen y viceversa. Todo ello en sus capacidades económicas, intelectuales, prácticas, para trabajar más profesionalmente e integrar así a toda la comunidad a través del trabajo. Tomando en cuenta que siempre resulta ser el Estado el que debe asistir a todos esos trabajadores, aún deficientemente, pero a costa de tener que disponer a esos fines de una gran parte del presupuesto público; se hace necesario buscar una solución que resuelva esta problemática. Muchas son las causales para que esto ocurra. Por ejemplo, en el caso de las familias que contratan personal de servicio, la mayoría de las veces lo hacen para que las amas de casa puedan disponer de tiempo para trabajar en otra actividad ajena a las tareas domésticas, a fin de hacer algún aporte que ayude a mejorar los ingresos familiares. En estos casos, los salarios que pueden pagar son generalmente insuficientes para que, además de satisfacer las necesidades mínimas de sus contratados, deban efectuar los aportes patronales correspondientes y los descuentos que les correspondería aportar a sus empleados. La opción que le queda a la familia contratante, se limita entonces a pagar el máximo de sueldo al trabajador sin hacer esos aportes ni esos descuentos, es decir que todo lo que el trabajador reciba como salario, sea «de bolsillo». O simplemente, no tomar al trabajador; lo que implicaría la desocupación lisa y llana del ama de casa y del personal de servicio. Esto, evidentemente provoca el incremento de la desocupación y, consecuentemente, de la pobreza. El trabajo, en el ámbito de la construcción, la agricultura, la navegación, la industria, la minería, el mantenimiento, etc. etc., cuando no es asumido legalmente por los empleadores, puede pagarse mejor. Esto no representaría un problema para los trabajadores y los empleadores, si existiera una administración que, salvando su ilegalidad, se hiciera cargo de sus coberturas sociales. Se alternan períodos de actividad con otros de inactividad, lo que hace que estos trabajadores deban guardar todo lo que puedan de sus ingresos para soportar los períodos de «vacas flacas». Y como su tiempo de desocupación es muchas veces imprevisible, son pocos los que pueden cumplir con los pagos legales y terminan, igual que los trabajadores mencionados. En el caso de muchas pequeñas empresas, ocurre algo parecido. Se dan situaciones en las que el pequeño empresario no está en condiciones de pagar un salario que le permita competir en el mercado (empobrecido por la falta de libertad laboral) con sus productos a servicios, si tiene que satisfacer las necesidades económicas mínimas de sus trabajadores y a la vez cumplimentar con las leyes sociales. Que alternativa les queda a estos pequeños empresarios. ¿Cerrar sus fábricas o empresas? ¿Quebrar? Su sentido de supervivencia los obliga a apartarse de las leyes y contratar «en negro» al personal que necesitan. Otro tanto ocurre con los trabajadores. Se trata de trabajar en «negro» o no trabajar. No hay opción más que rendirse ante esta realidad para resolver el problema del presente. Lo expuesto pone de manifiesto la necesidad de encontrar una solución a esta problemática. Son los Estados y por ende, todos los ciudadanos que cumplen con sus obligaciones y pagan sus impuestos, los que terminan pagando también los platos rotos, al prestarle sin contrapartida alguna y generalmente en forma parcial, ayuda social a esos desamparados. Para éstas y otras problemáticas, propongo crear organismos estatales según se los describe a continuación:


EMPRESAS AUTÁRQUICAS
1) Crear por lo menos una empresa estatal autárquica o semiautárquica por cada rubro, gremio o sector. Estas empresas deberán tener los siguientes objetivos: a) Subdividirse por cada zona, región o localidad, b) Cada empresa autárquica conjuntar trabajadores desocupados de una misma actividad o gremio. También a aquellos que quieran mejorar laboralmente y legalizarlos como propios, c) Coordinar geográficamente la demanda de trabajo temporario en función de los distintos lugares en que ella se da. Hacerlo con la finalidad de lograr una ocupación que en lo posible dure todo el año. Para dar una idea de lo que deben ser estas empresas, ver las propuestas que se exponen como ejemplo en los títulos «Recursos Humanos y físicos para la paz», y otros libros del mismo autor. Allí se explica cómo tomar los recursos humanos y físicos despreciados, devaluados y desaprovechados, para lograr una alta productividad y una gran revolución cultural y laboral.
2) Crear un centro que supervise, coordine, de pautas y centralice a nivel país, a todas las empresas de cada gremio citadas en el punto 1, que podrá complementarse con el «Banco Tecnológico» o ser el mismo banco la entidad centralizadora (Banco que se expone en otro libro).

Aquí se tendera a revalorizar el trabajo, la educación, la pareja, la familia y el estado con valores que tiendan a crear nuevas agrupaciones laborales. Es fundamental que dichos valores se estimulen, se conozcan, se esclarezcan, para que se visualicen nuevas vidas. Es decir dar origen al amor, en una cultura de paz integradora que centralice los distintos trabajos en sus distintas geografías. Las fuerzas destructivas y constructivas están latentes en el ser humano. Esta en cada uno y en todos recrear las fuerzas constructivas que son autenticas, son naturales y emergen de nuestra propia conciencia. Las fuerzas destructivas son desconocimiento de la verdad. Es decir desconocer al ser consciente que nos habita al unísono con la totalidad universal. Solo así este centro de coordinación podrá lograr paz. Esto es amor en acción natural y no mentiroso o meramente burocrático.

Aun cuando todos obtengamos los máximos logros, reclamamos algo más profundo, intimo y sagrado que nos está faltando y que solemos definir como "falta de valores".

Si así no es ¿Por qué tanta gente exitosa de fama etc. Se deprime y hasta se suicida? ¿Será que lo que no se logra es la paz? Esta llega a ser tanto o más importante que los alimentos. Es por ello que insisto en una coordinación que llegue a lo bello, eterno y a la inigualable sensación de vivir gozosamente.
Comprender a las fuerzas destructivas que son dolor y sufrimiento. Siempre ellas son artificios, mentiras encubiertas por culturas ególatras. Mientras que la paz es la verdad misma donde reina la alegría, la libertad, lo simple (que es humildad), el entusiasmo, la fraternidad y todo clase de bienaventuranza. Esto es lo que inexorablemente somos y muchas veces desconocemos. Tanto en lo individual como en lo social. Todo lo cual equivaldrá a instaurar una autentica revolución en constante integración de las fuerzas duales que nos rigen. Hay que vencer el carácter destructivo de lo artificioso de algunas organizaciones y sus propósitos a través de este organismo coordinador.
3)  Cada empresa (punto 1) tendrá objetivos sociales, psicológicos, espirituales, morales, de integración y capacitación funcional. Deberá además dar un piso mínimo de seguridad social a sus propios trabajadores, propiciando una alta competitividad y calidad laboral. Para lograrlo, se debe tener en cuenta que: a) Lo primordial debe estar en el logro de una altísima productividad. Para ello debe aplicar los mejores métodos psicológico-laborales; aprovechar los mejores equipamientos y constantemente capacitar y ennoblecer a sus trabajadores. Aún los analfabetos pueden mejorar la calidad de su trabajo, cuando el aprendizaje se produce por medio del ejercicio del trabajo mismo, la organización adecuada a través de material gráfico y audiovisual y el entrenamiento proporcionado por instructores especializados, b) La legalidad de cada trabajador deberá ser responsabilidad de cada una de estas empresas y no de las empresas privadas, instituciones, personas o productores o estados que necesiten de ellos. Esto es así, en razón de que los destinatarios de los trabajos, podrán contratar a estas empresas estatales autárquicas para la realización de las tareas requeridas. Serán estas empresas las que tomen el carácter tutelar de sus trabajadores, cumplimentando con todas las obligaciones que ello represente. Consiguientemente, deslindarán a sus contratantes de esa responsabilidad.

4) El gran desafío para las empresas autárquicas o semiautárquicas aquí propuestas, es generar por sí mismas los ingresos que demande su propio accionar. Es decir, el Estado podrá crearlas y/o asistirlas, pero ellas deben ser autónomas, autosuficientes y autárquicas y no requerir gastos mayores a los estados. Por el contrario, pueden ayudar al erario público y coadyuvar al bienestar general. Podrán también asociarse transitoriamente con empresas privadas para fines específicos y predeterminados. Las empresas autárquicas, pueden incluso competir en igualdad de condiciones con las empresas privadas, en la cotización de licitaciones que requiera el Estado en servicios y productos relacionados con sus actividades específicas. Ejercerán así en estos casos, un contralor indirecto de la limpieza de los actos licítanos. Para que así sea, deben tener las siguientes atribuciones y retribuciones: a) Recibirán del estado la parte proporcional de lo que éste aplique a la atención social de los trabajadores y sus familias, desde que éstos quedan bajo su responsabilidad. Estos importes, sumados a los que se descuentan de sus salarios para estos fines a todos los trabajadores, resguardarán el futuro y la salud de los mismos sin que éstos tengan que depender de la asistencia social del estado. Estos fondos serán administrados por el «Banco de Tecnologías» (ver la parte correspondiente a este título), garantizados por él mismo y podrán ser utilizados para el desarrollo de los emprendimientos más seguros y redituables. Las empresas, al estar confederadas (punto 2), podrán consolidar un reaseguro capaz de asumir riesgos que escapen a las posibilidades de cada caso o empresa. Quiero decir que no deben asumir riesgos de envergadura como pueden ser operaciones complejas o demasiadas riesgosas que por su naturaleza convenga centralizar, pero deben ser independientes para poder brindar servicios sociales como medicamentos, provisiones y previsiones. Hacer esto sin descuidar su carácter autónomo y sus responsabilidades, b).Captarán, dentro y fuera del país (Banco de Tecnologías), los recursos y las oportunidades tecnológicas, comerciales, de crédito, humanísticas, etc., que se puedan obtener. Todo esto debe servir al desarrollo, crecimiento y bienestar que cada empresa autárquica, debe ofrecer al sector laboral que representa, c) Tendrán presente también, que los distintos factores sean convergentes, interdependientes y colindantes con sus trabajadores. Por lo tanto, podrán invertir en ello, siempre y cuando conlleve bienestar a los trabajadores de su área y de las áreas confederadas.
5)  Todo deber estatal no cumplido (en cada sector), (o cumplido) en forma deficiente, podrá ser hecho por estas empresas. En tal caso, deberán reclamar a los estados la suma equivalente en dinero que corresponda a ese deber. Es sabido que hay obligaciones que los estados no cumplen legalmente. Incluso los derechos humanos y el saneamiento humano y físico, son ignorados. Esto ocurre en especial, porque los estados tienen ingerencias tan abarcativas y generales, como ambiguas. Es por ello que el conjunto de estas empresas debe especializarse, en beneficio del interés general, para cada área rubro o sector funcional. Tengamos en cuenta que el verdadero estado natural de los países, existe y ha existido siempre funcionalmente, más allá de la política, la plutocracia y la partidocracia. Por lo tanto, es en el trabajo donde los estados deben subdividirse para cumplir mejor sus funciones específicas, a través de estas empresas. Es decir serán el complemento ideal para los intereses de los estados y de las empresas privadas. Estas empresas pasaran a ser, para la sociedad, "células vivas" que harán a los estados más que democráticos, auténticos organismos para la soberanía de los pueblos.
6)  Todo asistencialismo que ejercieran los estados a aquellos que con posterioridad hayan sido absorbidos laboralmente por estas empresas, deben serles retribuidos. Estos gastos pasarán a estas empresas durante todo el tiempo que requiera la capacitación y hasta tanto, esas personas puedan desempeñarse con eficiencia en las tareas que se les asignen. Las empresas deben demostrar ser capaces de sustituir las indignas asistencias sociales de los estados, por mejores trabajos y mejores ingresos, propendiendo a la alta productividad, a la competitividad en función de sus fines, a la calidad de sus productos o servicios y a la rentabilidad. Asimismo recurrirán a las tecnologías y a las ciencias sociales y psicológicas, para enmendar y/o ennoblecer el trabajo, sus trabajadores, su familia y su medio. Hay en el mundo gran cantidad de organizaciones internacionales, gubernamentales y no gubernamentales, que podrán hacerse partícipes de estos propósitos.

Pero se debe entender, que es la paz para que el bienestar y la riqueza no sean contraproducentes, como es común ver en la actualidad. Es decir, vencer a las fuerzas destructivas de nuestro diario vivir. Vencer la pobreza no debe ser solo material, debe ser el medio para una autentica paz es decir vencer nuestras contradicciones, conflictos, miedos, etc. En caso contrario estaremos alimentando, como lo hacemos en la actualidad, a las fuerzas destructivas. Lo cual constituye una cruel y confusa contradicción. Hay que conocer, comprender y educar hacia la paz. Antes de ello es necesario conocer, comprender y educar sobre las causas de la desunión y el conflicto. Solo así disolveremos esta guerra y esta huelga laboral mundial.
Esto deja inferir que solo una paz en todos nuestros propósitos, son los pertrechos de una victoria que nos redimirá, individual y mundialmente.
La autentica paz no huye del mal, ni lo disfraza de amor a través de explicaciones estereotipadas.
7) Las empresas aquí propuestas, deben tener objetivos sociales. Ellas deben tender a que la pobreza que asuela a los trabajadores, sea superada y, en lo posible, éstos sean llevados a condiciones que los eleven en su escala social a los niveles de por lo menos una clase media baja y con proyecciones hacia mas. Es necesario que así sea, para que haya un mercado libre de mayor consumo que retribuya con más ganancias a los comercios, al campo, a la industria y a los estados. Sólo así los estados recaudarán cada vez más impuestos. Asimismo, todos, incluso los que más tienen, accederán a mayor riqueza y bienestar capas de proponer hacia una cultura por completo mejor.
8) Para los trabajadores de zafras en especial, la vivienda en el lugar de trabajo, el transporte y el desarraigo o desintegración familiar, suele ser una situación grave. Estos trabajadores, a veces viajan solos, o con la familia de un lugar a otro en busca de la ocasión estacional. Ellos viven bajo carpas, plantas o galpones en condiciones de promiscuidad y de higiene que se hacen inhumanas y son una vergüenza para toda la sociedad. Las empresas de que se trata, pueden conjuntar acciones con otras propuestas que se encuentran en otros apartados en materia de vivienda, edificación, alimentación, salud, vestido, transporte etc. Asimismo asimilar otras propuestas de otras fuentes, para brindarse a estos fines.
9) Además de lograr la más alta productividad posible, estas empresas deben velar por el bienestar público. Asimismo, en su ámbito, prevenir los malos hábitos y la salud de los trabajadores. Prevenir tiene un costo público menor y evita castigos, cárceles, policías, hospitales y manicomios. Siempre resulta socialmente doloroso, caro y recurrente tratar los hechos consumados. Esto, tanto en materia de justicia, como de salud pública y de convivencia social o familiar.

10)      El saneamiento ambiental, aunque no debe propiciar fundamentalismos ecologistas, debe estar presente en estas empresas. Ellas deben no sólo cuidar el medio, sino hacer que el área y las funciones de cada sector que ocupan, propenda permanentemente a la sustentabilidad ecológica. El bienestar socioeconómico, no debe traer como consecuencia el envenenamiento masivo. Pero en la historia mediata del mundo, los países crecidos, han debido contaminar y desbastar algunos recursos en beneficio de otros más útiles, necesarios o prioritarios. Si esto ha servido para morigerar la pobreza, los ecologistas no debieran rasgarse las vestiduras. Hay que recordar que la pobreza en sí, es la peor contaminación. Por otra parte, la pobreza espiritual, psicológica y económica son contrarias a los principios de sustentabilidad. Para que las medidas económicas que se tomen tengan sustentabilidad en el tiempo, se requiere de tecnologías, recursos
económicos y recursos humanos nobles y eficaces. Estas empresas deben pertrecharse de dichos recursos y medios para ennoblecer y cuidar también el medio humano y no humano.

10)Es sabido y lo dicen las estadísticas, que, como consecuencia de la pobreza, una fracción grande de los recursos laborales se encuentra en cárceles, manicomios, hospitales, e internados entre otros. Estos recursos humanos deben dejar de ser un costo y un dolor que nos afecte a todos. Por otra parte, son males recurrentes. Las cárceles resultan ser una industria del delito y de asociaciones ilícitas. Todo esto atenta contra la seguridad, el orden y el bienestar de la sociedad. El trabajo es uno de los resortes más eficaces para evitar estos males. Asimismo ocurre con los enfermos. En gran medida, el trabajo es un medio curativo que se encuentra en la terapéutica dinámica de grupos, en la psicología y psiquiatría laboral, en las llamadas laborterapias, en ergometrías, en las terapias ocupacionales, en la medicina del trabajo, etcétera. Toda esta problemática es de incumbencia política y por lo tanto social y estatal. Pero los estados son demasiado abarcativos para detenerse con especificidad en cada área. Sólo si los gobiernos delegaran como si se tratara de compartimentos estancados una buena parte de esta problemática a estas empresas, extraerían de raíz, sino todos, por lo menos buena parte de estos problemas. Por lo tanto, las empresas autárquicas, dentro de sus objetivos sociales, deben poner en su mira el de la prevención, la seguridad y la propensión al bienestar público. Para que así sea, deberán: a) Vincularse a instituciones de justicia, salud y educación preventiva, b) Tutelar e incorporar al plantel de su personal, también a enfermos y condenados, c) Incorporar personal idóneo en estos menesteres, relacionados con las ciencias humanísticas y medicas respectivas, a fin de que en lo posible, enfermos, marginados y condenados tengan la oportunidad de romper la recurrencia. d) Constituir un solo cuerpo con sus trabajadores y contribuir a que el trabajo sea el bien más demandado, culturalizado y apreciado, hasta lograr que haya muchísimo más vacantes laborales que trabajadores. Los mayores costos, la fatiga y los contratiempos que provoque la incorporación de éstos factores, redundan quizás, en una menor rentabilidad. Estos costos y esta problemática corresponden a los estados. Por lo tanto, estas empresas deberán percibir de aquellos, el pago por este servicio, compitiendo en los resultados con empresas privadas e instituciones estatales como cárceles, internados y hospitales. Es decir que aún en estos propósitos casi inefables e intangibles, las empresas deben tener carácter de productividad, eficacia, rentabilidad y competitividad en sus funciones sociales y económicas. Por ello, aquí preferí que estas empresas fueran autárquicas, por cuanto si bien cumplen objetivos estatales y son creadas por los estados, no deben ser una carga pública más. Son objetivos que muchas empresas privadas pueden tener y muchas de ellas los están llevando a cabo. Pero estos objetivos no pueden ser impuestos a la libertad laboral de las empresas privadas y sólo puede esperarse que ellas lo hagan por su propia iniciativa y evolución humanística. Por lo tanto, las empresas aquí propuestas competirán también y muy especialmente con las distintas reparticiones estatales y con las empresas privadas, en el mercado del trabajo, e) Poblar e integrar un país es de interés nacional y hace a su defensa e integración geográfica. No deben marginarse pueblos o asentamientos humanos en zonas aisladas o inhóspitas. Es por ello que la extensión rural, la promoción minera, el fomento y su promoción general, deben ser también sus objetivos. Es bien sabido que los estados están subdividido políticamente por distribución geográfica y funciones. Pero aún sus menores divisiones descuidan lo fundamental, que es hacer abundar el trabajo, hacerlo más placentero, culturalizarlo y redituarlo en sus más altas posibilidades. En base a estas observaciones se propone a estas empresas, competir con los estados y las empresas privadas en las áreas de mayor indefensión, bajo principios de carácter empresario. Esto dará pie en el futuro inmediato, a que muchas empresas privadas y estatales al ver el funcionamiento redituable de las empresas autárquicas, adviertan que están descuidando iniciativas y modalidades laborales que podrían explotar. De este modo, nacerán empresas privadas y estados que las emulen, como ya se está viendo que lo hacen algunas empresas privadas y estados de vanguardia en el mundo. Comenzará así, una revolución laboral, económica, cultural, social y psicológica y un crecimiento constante sin necesidad de tiranías o autoritarismos, f) Prepararse con mejoras en sus recursos humanos, físicos y tecnológicos, para ser empresas de vanguardia en la captación de este inconmensurable mercado que se libertará del rígido esquema de conservación de la pobreza y de la riqueza. Existe un mercado potencial enorme y poderoso para que estas empresas sean fuertes y muy redituables. Hoy se demandan hasta con desesperación, viviendas, automóviles, vestidos, alimentos, etc.. Aproximadamente el 80% de la población mundial, constituye este mercado ávido de mayor bienestar. Pero en la actualidad, la falta de libertad para trabajar y los bajos ingresos, impiden que haya capacidad de compra. Si las empresas aquí propuestas (y otros factores que expongo en otros libros) se suman para hacer crecer la demanda laboral sobreabundantemente, el precio del trabajo subirá y advendrá la capacidad de compra como una revolución autónoma de los mercados. Por lo tanto, estas empresas no deben apostar sólo a lo inmediato. Ellos tienen un futuro ilimitadamente superior, puesto que serán lo poseedores de las 2/3 partes de la población socioeconómica que no es atendida actualmente en su consumo. Es decir este mercado hoy desatendido, será un 400% más poderoso, más que el actual. Las estadísticas lo demuestran.
12)  Las empresas aquí señaladas, no necesariamente deberán ser siempre estatales. En la medida en que se conservan y se cumplen sus fines, podrán pasar a ser privadas. Asimismo, ser de gerenciamiento y/o propiedad de otro tipo de O.N.G.. Por otra parte, las empresas autárquicas, luego de haberse superado toda o parte de la problemática planteada, dejarán parcial o totalmente de reclamar compensaciones a los estados y su accionar se aproximará a los fines de cualquier empresa privada que conlleve la ética laboral, espiritual psicológica y social de una empresa sana. No siempre estas empresas deberán ser proveedoras de mano de obra. El principal objetivo de ellas será el de generar tanto trabajo, y tantos proyectos productivos que resulte excesivo. Así el trabajador será apreciado y valorado como un bien escaso. Por lo tanto, estas empresas podrán también competir con emprendimientos propios que se lleven a cabo por grupos compuestos por sus trabajadores. En ningún caso con modalidades que atenten contra la libertad del mercado. Pero podrán existir excepciones y eximiciones cuando las empresas privadas no puedan o no quieran llegar a cubrir las necesidades del mercado socialmente pobre. Caso típico de esto, es la salud y la alimentación, donde las industrias farmacéuticas, de alimentos u otras, muchas veces no pueden o no quieren llegar a los mercados empobrecidos, sin advertir que los (hoy pobres) son un mercado cuantitativamente mucho más importante que el actual. Si con libertad laboral se crea el poder de compra, se habrá creado una autentica soberanía.
13)  Estas empresas estatales serán liberales, es decir, de capitalismo para todos. Por lo tanto, se regirán por principios de libertad, fraternidad e igualdad de oportunidades. Tratarán de romper el círculo dogmático obrero-patrón, que deteriora a los estados, a las empresas y a los individuos y subvierte a la sociedad. Esto se logrará procurando que sus trabajadores adquieran autonomía y autogestión laboral. Tanto para aspirar a ser patrones como a ser asalariados o directivos en un nivel de excelencia.
Ellos coadyuvarán así a libertar el trabajo dentro y fuera de estas empresas. Debo advertir que las empresas de vanguardia en el mundo, no quieren trabajadores ni pueblos sufrientes, pedigüeños y débiles para radicar sus inversiones.
14)  En sus subdivisiones geográficas de todo país, estas empresas autárquicas deben libertar con la alfabetización. Asimismo, ésta debe ser continuada, profundizada y complementarse con una educación no autoritaria, que sirva para el trabajo, la cultura, la familia y la sociedad, como un todo continuo de mejora del vivir. La alfabetización debe estar estrechamente ligada a su utilización en el trabajo y el mejor ingreso. Está lleno de titulados universitarios sin destino laboral. ¿Se trata sólo de alfabetizar? Para erradicar la pobreza hay que «enseñar haciendo», (o sea «trabajando» con sentido social y económico) de un modo limitado y puntual. La capacitación y el adiestramiento pueden ser puntuales y posibilitar la rápida salida de la pobreza. La educación por el contrario, puede ser general, total y permanente. Pero habrá que ver, una vez más, que cuando abunde por doquier el trabajo, también los analfabetos serán demandados sobres abundantemente. El hecho de que ellos se sientan útiles y ganen dinero, les habrá generado posibilidades y aperturas sociales que antes no tenían. La dignidad que esto implica, los llevará y motivará por sí misma, hacia cambios educativos, familiares y psicológicos. Mientras estén devaluados, despreciados y desocupados, no tendrán fe ni posibilidades de ennoblecerse. Sería bueno romper con el prejuicio de las certificaciones de estudios. Está lleno de doctores «innobles». El refinamiento de la educación del noble no está certificado; se demuestra en el vivir. El «gentleman», simplemente lo es. Por otra parte, el adiestramiento y la educación para una mejor salida laboral, deben estar ligados a las características y necesidades geográficas.

15) Para dar una idea más funcional de estas empresas, hay propuestas por separado. Ellas tratan el saneamiento ambiental, las cárceles y los hospicios, los bajos ingresos los marginados etc.. Aquí quiero tratar muy brevemente el extenso sector que es la educación. No propongo un solo sector para el adiestramiento, el aprendizaje y la educación. Propongo al conjunto de estas empresas al unísono y en la medida en que cada una de ellas tenga que ver con el trabajo, la economía y la cultura de cada lugar y rubro. Los padres y educadores pueden unirse y asociarse a estas empresas para gestar trabajo y educación. Para ello, es necesario que el Estado elimine las trabas legislativas y avale las equivalencias de este tipo de educación con la oficial. Esto podrá ser importante o no. Lo es cuando hay que ingresar a ciertos niveles de educación oficial superior. Pero recordemos que los hombres prominentes de la historia no eran titulados, y si lo eran, no es esto lo que los ha dignificado y los ha distinguido del resto de sus congéneres. Una variante válida sería que el Estado no gravara, en estos casos doblemente, el gasto familiar. Veamos: Las familias delegan al Estado (a través de los impuestos incorrectos) lo que éste ha de gastar en educación. Por otra parte si las familias hicieran educación por sí mismas ¿qué pasaría? Pues, se estaría invirtiendo dos veces en una misma empresa. Si existe libertad para educar, los padres que así lo hagan deben recibir del estado y a través de estas empresas, la cantidad de dinero que surja de la siguiente operación:
Presupuesto de Educación estatal         Cantidad de dinero que corresponde a cada
-------------------------------------------------- = alumno cuya educación pase a ser
Cantidad de educandos en todo el país    responsabilidad de los padres y de                                    estas Empresas.
Es decir, se les debe reintegrar la alícuota proporcional de impuestos que para ello pagan. Cada padre que lo requiera, administrará a través de estas empresas los impuestos proporcionales de la educación de sus hijos, en un fondo común con otros padres y empresas autárquicas. Así se permitirá delegar la educación directamente al trabajo, a los padres y aliviar a los estados, a la vez que estas empresas podrán impartir capacitación y educación específica, en función de su geografía laboral también a los adultos trasladándose itinerantemente a otras localidades, para formaciones e informaciones puntuales, para generar trabajos diversos. Veamos a continuación las ventajas (éstas pueden ser fácilmente comprobables): ante una población estudiantil y gastos constantes, no será necesario aplicar más impuestos o gastos para una educación que se reivindicará a sí misma. La educación estará en manos de quienes, se entiende, son los interesados directos: padres, maestros, empresas, trabajo y alumnos, con una ínfima intromisión fiscalizadora del Estado a través de estas empresas, que deberán vincular íntimamente este tipo de educación con los fines útiles del trabajo según cada geografía. Hay que romper con libros, manuales, maestros y estamentos curriculares que no concuerden con la individualidad de cada estudiante y las realidades geográficas y sus verdades coyunturales y estructurales. La educación, es una comunión con la verdad, que está más allá de la imposición de conocimientos y la estratificación estructurada de los establecimientos educativos. El conocimiento integra sólo una parte de la mente, que es mucho más extensa y que aún no comprendemos, ni vivenciamos en nuestra consciencia. Es necesaria una educación y relaciones que nos unan y nos ayuden a comprender el mundo real donde vivimos y nuestros modos de relacionarnos en el proceso total del vivir. Los docentes tendrán una mejora en el ingreso monetario, equivalente a los mejores precios del trabajo en el mercado, puesto que los recursos e ingresos serán, seguramente, aumentados por los padres interesados en mejorar el servicio. Los padres no formarán una simple cooperadora (como generalmente hacen hoy) sino que el ser los accionistas activos; colaborarán, defenderán y serán parte del gran quehacer educativo. Así mismo lo harán las empresas autárquicas puesto que así se conducirán hacia la evolución en sus cometidos.

Los políticos y docentes han perdido muchos de sus honores y han sido desprestigiados por las graves falencias en la educación. A ellos les digo: que tanto la paga a los docentes como la educación misma, serán un desafío al propio soberano. Nadie podrá quejarse de aquello que él mismo hace y podrá resolver. Nada más se debe esperar de las culturas que pintan a los pueblos como «animales de establo de engorde» que todo lo esperan de los estados y las empresas, cuando todo un país puede conducirse por autogestión soberana. Así se romperá la desunión social, mundial e incluso nuestras desuniones mas intimas en lo individual, recordemos que según los últimos desarrollos en física de los cuantos todo en el cosmos se encuentra unido por un poder y una inteligencia sin límites.

Es cierto que la calidad de los recursos humanos en educación, no siempre es adecuada. Si ella debe medirse actualmente por los ingresos, su calidad es excelentísima. Este medio de «soberanizar» la educación, será también el medio de mejorar las retribuciones a la docencia, e incorporar recursos casi mágicos a lo funcional y a lo educativo. Si a esto le sumamos el firme propósito de crecimiento general, tendremos que quien quiera un buen educador, deberá pagarlo y si ese crecimiento es íntegro, el docente tendrá cómo y dónde formarse mejor. Por otra parte, con el crecimiento económico se podrán aumentar los presupuestos educativos, puesto que la formación y el aumento de los ingresos son puntos neurálgicos de la docencia y si ella invierte igual tiempo laboral útil que otros gremios, sus ingresos serán muy superiores. A la vez que si se aprovechan las vacaciones escolares en la capacitación del docente, esto los cualificará y les dará lugar para exigir una mejor paga y prestigio.

16) Cada una de estas empresas, para que generen rápidamente más trabajo, deben incluir en sus planes y programas las siguientes consideraciones: a) En dónde se obtienen más beneficios, b) Dónde se generará más demanda de trabajadores, c) Dónde se obtendrán los beneficios a más corto plazo, d) Dónde se requerirán menos equipos y maquinarias. Es decir, menos bienes de capital y por lo tanto, menos inversión, e) Qué rubros y actividades son los más vendibles en el mercado interior y exterior, f) Cuáles son los bienes y servicios más urgentes para el aumento del consumo que este accionar provocará, g) La inmediatez de los trabajadores a los nuevos trabajos, h) Las tecnologías, oficios y profesiones disponibles, i) Dónde están las oportunidades de más trabajo y que recursos de comunicación, transporte, comercialización y créditos puede haber, j) Dónde serán más útiles los trabajadores no especializados de todas las edades y condiciones.
Podrían agregarse mayores recomendaciones, pero estas surgirán de la aplicación del sentido común. El cuadro de situación que se exponga en cada país o lugar, será el que indique las pautas más adecuadas a estos fines. Si analizamos un país como la Argentina (por ejemplo) para crear estas empresas estatales, vemos que la gran mayoría de sus habitantes no puede comprar, ni pagar impuestos. Gobernar es crear trabajo, mejorar el ingreso y la productividad, para que haya menos pobres y más ricos.

Hoy en cambio, los trabajadores reciben bajísimos ingresos o están desocupados, subocupados y/o en tareas redundantes o prescindentes y (los que no trabajan) sometidos por asistencialismos insuficientes, corruptos y mentirosos. Todo esto se contradice con la expectativa que se tiene del futuro mundial y vaticina otro, socialmente despiadado y cada vez más envilecido. El reinado de la mentira, la corrupción, la expoliación del estado, la desocupación y la inseguridad están generando año a año una deuda social. (1) Esto redunda necesariamente en una reducción de los recursos humanos que, de libertarse el trabajo, permitiría una fenomenal reversión de esta penosa situación. Las terribles consecuencias de la misma, son tan graves como antieconómicas, anticulturales, antisociales, antiespirituales y antiliberales. El déficit anual de producción de riqueza que esto significa, es directamente proporcional a lo que produciría el total de trabajadores desocupados o con bajos ingresos y puede equivaler perfectamente a más de la mitad del PBI. Esto es lo que se le resta al crecimiento de los países y que como mínimo, podrían producir anualmente los trabajadores hoy desocupados con el agregado de los recursos físicos desaprovechados. Si así fuera, sus econometrías darían cifras por completo diferentes. La situación no ha de cambiar si los gobiernos no van al fondo de los problemas que aquejan a los países. Actualmente ellos se conforman con arreglos formales, superficiales y se dejan seducir por ideas neoliberales facilistas y por socialismos distribucionistas y fantasiosos. Mientras no se cuente con una dinámica demanda de empleo y haya un aumento sustancial en el ingreso y por lo tanto, en el poder de compra, habrá una masificación de la pobreza y no habrá un auténtico liberalismo. Debemos advertir que lo expuesto está ocurriendo en casi todos los países. El mundo está siendo atacado artera y violentamente por mercaderes disfrazados de liberales. La Argentina, como muchos países subdesarrollados, no es pobre sino que ha sido empobrecida. Imperan monedas dependientes y antes que ser subdesarrollados, son «subgobernados». Sólo de este modo se entiende que un país con tantos recursos, tenga tantos marginados, analfabetos y tantas personas en cárceles, hospicios y hospitales. En su conjunto la República Argentina, cuenta con poco menos del 7% de los recursos agropecuarios del planeta. Sólo explotando un 50% de la 45 millones de hectáreas cultivables no explotadas que se indican, se pueden duplicar las exportaciones agrícolas. Hay además más de 5.000 Km. de costas marítimas; ríos, lagos y lagunas e islas, que no se explotan debidamente. Además, cuenta con recursos de energía atómica, hidráulica, carbonífera, petrolífera, gasífera y eólica para apoyar incrementos en la producción; 1.000.000 de Km. en caminos asfaltados y no asfaltados; 35.000 Km. de red ferroviaria, con una capacidad de carga que puede superar las 30.000.000 de toneladas anuales. La capacidad de embarque granario se ubica en el cuarto lugar del mundo, a la vez que se puede mejorar con sistemas de transporte, acopio y movimientos fluviales hacia zonas «Alfa». En la actualidad sus costos portuarios mejoraron, pero se pueden mejorar aún más. La capacidad frigorífica y agro-industrial, e infinidad de otras, se pueden aumentar considerablemente, con estas empresas autárquicas, que lejos de afectar a las empresas privadas, las beneficiarán. Actualmente, la Argentina es el cuarto productor per cápita de proteínas del mundo y quinto productor de alimentos primarios p/c. La industria de agro-máquinas es excelente y puede reactivarse y desarrollarse considerablemente. Estas pocas observaciones nos llevan a confirmar que la Argentina como la mayoría de otros países pobres, no es pobre económicamente. Sólo le está faltando libertar el trabajo. Es fundamental que así sea para aprovechar las vigorosas posibilidades que tiene en la industria, en la cultura, y en sus mares, montañas, bosques y urbes.

1) Denomino aquí deuda social, al débito que genera el gran caudal de población que se encuentra desposeído, sin trabajo o con bajos ingresos y vive en villas, inquilinatos, zonas de urbanización deficientes ó en cárceles, hospitales, hospicios, etcétera. Esta población, al carecer de oportunidades, sólo puede generar gastos e inseguridad y no produce riqueza para sí ni para el país y es una vergüenza para todo aquel que se guste de ser un ser humano.
Por otra parte, con obras de saneamiento en sus costas, ríos y arroyos, el área de la Capital y el Gran Buenos Aires podría llegar a ser uno de los centros urbanos más florecientes del mundo, como lo expongo en otro título.

17) Estas empresas deben libertar el trabajo para así erradicar la marginalidad, (ver cuadros 3 y 4 de la parte titulada «Situación Actual del Mundo» de otro libro del mismo autor donde podemos ver) que supera el 20% de la población mundial. El subconsumo, la indigencia y la marginalidad (o sea, la imposibilidad de adquirir bienes y servicios, conforme a las necesidades mínimas de crecimiento individual y familiar), son inmorales por parte de quienes los toleran, los imponen o los encubren. Se resta así dignidad a quienes los sufren. Ellos se ven obligados a vivir indignamente en su país, delinquir, enloquecer o emigrar a otros países que les ofrezcan posibilidades de crecer y cultivarse. No hacer lo posible para lograr un crecimiento autónomo, es promover el usufructo de los beneficios conquistados por' otros países que han trabajado para conseguirlos. Difícilmente encuentran la dignidad perdida, los individuos que se han tentado a emigrar, sin sentir íntimamente que están defraudando, en su «exilio económico», a su propia sociedad. El subconsumo es una consecuencia, pero es a la vez una causa que trae consigo un quebrantamiento de la moral. Ello, cuando no impide y dificulta la reacción del individuo para combatir sus falencias. Lo que en el subconsumo se compra, es lo máximo y a la vez lo mínimo que se puede adquirir, y es sólo parte de lo que se debe comprar. Por otra parte, el consumo en la indigencia, anula el «efecto de sustitución», porque acentúa el fenómeno o «paradoja de Giffen» que establece que en la indigencia, los «bienes inferiores» se consumen desmedidamente, hasta producir un encarecimiento incontrolable de sus precios, que casi los acerca al precio de los bienes superiores o de substitución. La población en estas circunstancias, se degrada culturalmente, pues ella no accede así a los bienes inferiores, y mucho menos a los bienes superiores de la cultura. Ello impide ver y revertir dicha paradoja. Así se confunde la causa de la pobreza. Es decir si su causa es cultural, moral y/o económica. En realidad, la causa de la pobreza en esas circunstancias, es un conjunto de fenómenos estrechamente ligados entre sí, que son la sólida estructura que sostiene al subdesarrollo económico, cultural, intelectual, psicológico, espiritual y moral, en todos sus cometidos.

Pareciera que estoy mezclando los temas, cuando hablo de moral, cultura y espiritualidad. Pero es que casi siempre, la pobreza económica trae como consecuencia, pobreza en los comportamientos culturales, morales y sicológicos. De lo expresado se desprende que puede ser difícil obtener una colaboración amplia, inteligente y voluntaria. Pero si existiera una excelente voluntad de la verticalidad, para llevarla a cabo eficazmente ¿qué deberá hacerse con la población empobrecida de los países subdesarrollados? Tantas veces se le ha mentido, tanto reniego anida tras su pobreza, que será reacia a creer y colaborar. Por eso, estos temas técnicos, los presento tan ligados a la cultura, a la moral y a la espiritualidad. Hacen falta hechos concretos inmediatos en lo económico, en lo didáctico y en lo tecnológico. También una política de esclarecimiento psicológico. Una política que, sin autoritarismos, busque cambiar los hábitos negativos en la cultura de las grandes mayorías. Es impostergable vencer el derroche, el desamor al trabajo, la justificación de la pobreza por la pobreza misma, la falta de autonomía individual, etc. Estos y otros vicios, y mercantilismo en los medios de comunicación nos presentan países con amplios sectores sociales en estado de emergencia, que reclaman reivindicaciones y justicia, muchas veces sin conductas de colaboración. En ellos no existe el justo equilibrio entre sus derechos y deberes; por lo tanto en un principio, esta propuesta de libertar el trabajo debe incorporarse desde la verticalidad. Es decir, la participación preponderante, debe darse entre estados y empresas estatales autárquicas, para que, tras el ejemplo de la dirigencia, se mejoren los comportamientos en la gran horizontalidad. Se logrará así, que cada cual vaya asumiendo el grado de soberanía que le corresponde. Restablecida la fe y la confianza, se podrá esperar que entre todos, se logre superar de raíz y definitivamente la multiplicidad de pobrezas. De este modo, el propio agente detonador del crecimiento, habrá sido la masa empobrecida. Excluirla de este proceso de enmienda, es dejar en el camino importantes armas, que los países subdesarrollados necesitan para crecer. Éstos no están en condiciones de darse esos lujos. Una auténtica colaboración, es ir más allá de las mentiras proselitistas, que no concuerdan en los resultados, con los llamados estados soberanos o democráticos. La soberanía en su faz real, es la colaboración ejercida en la gran horizontalidad de los pueblos y tiene un rostro idéntico al de sus culturas y su trabajo. Pero es indispensable que desde sus representantes, se propicie esta propuesta de libertar el trabajo. Para que los gobiernos no estén compuestos por oportunistas inútiles y deshonestos, es necesario que haya coordinación en un movimiento que parta desde las bases representativas de la producción. Esto lo veremos más adelante en «El Trabajo Como Gobierno Natural de los Pueblos», en el que propongo un sistema alternativo, sin listas sábana, ni partidos políticos, para que todos los sectores y rubros del trabajo tengan autentica representatividad y se respete la soberanía popular que los partidos políticos manipulan desde los tres poderes del Estado, votando y aplicando leyes ajenas a las voluntades mayoritarias. Entiendo que mediante estas empresas autárquicas, se pueden conseguir resultados óptimos y rápidos con muy bajo costo, aplicando un plan de tecnologías y de objetivos mínimos e indispensables, tendiente a resolver, entre otros, los problemas de alimentación, salud, trabajo, vestido, aspectos prácticos de la educación y vivienda. Cada uno de estos objetivos y tecnologías, deben programarse sólo en sus alcances indispensables, y no en sus alcances totales y plenos. Estos, si bien son motivo de mayores y mejores aspiraciones, son imposibles de llevar a cabo a nivel nacional y en los países sumergidos, en lo inmediato. Por eso se debe evitar caer (como hasta ahora), en falsas expectativas, promesas y/o fracasos. Los planes y programas deben proponer la toma de conciencia de las propias limitaciones y posibilidades, el retroceso hacia las bases, el análisis de la realidad, lo mínimo, lo indispensable, lo primero; es decir, todo lo que compone lo esencial para un inicio íntegro. Se debe conseguir el esfuerzo de toda la comunidad, necesario para lograr los objetivos. Este planteo puede dar una idea de atraso, o falta de sentido de grandeza. Pero al respecto, digo que nada puede hacerse sin bases mínimas de fundamento. Sólo desde ellas se parte hacia el progreso, la riqueza y el esplendor. El empleo, la alimentación y la salud, debieran ser los primeros objetivos en orden de importancia, y por lo tanto, se debería empezar por ellos. Pero resulta imposible hacerlo, por estar todas las necesidades estrecha e inseparablemente ligadas entre sí. De tal manera, todos los objetivos deben ser planificados juntos, simultánea e interrelacionadamente, puesto que sin educación, el derecho carece de sentido; sin alimentación, no hay vida, ni salud; sin estos y otros en suficiencia y sin libertad laboral, no hay crecimiento posible en país alguno. Estos comentarios, tienen fundamentaciones históricas y antropológicas: el hombre primitivo, dotado (naturalmente) de salud, pudo prescindir de partes considerables de vestido, educación, vivienda, derecho. Pero el hombre primitivo no tuvo el condicionamiento (económico, social, tecnológico, jurídico y cultural) del hombre de hoy. Su trabajo, consistió en su defensa contra enemigos e inclemencias, así como en las distintas formas de obtener alimentación para subsistir. A través de la evolución de las. artes, las ciencias, las técnicas y otros legados de los hombres abnegados, vehementes, profundos y amplios en los intereses, se logró limitar la fatiga y mejorar y aumentar la producción de bienes y servicios. Asimismo, se lograron mejoras en la convivencia, el derecho, la defensa, la seguridad, etc. Pero la falta de evolución psicológica y espiritual del individuo como persona y (en algunos aspectos) su deterioro y degradación moral, limitan los avances. Así, la tecnología, la industria y la ciencia, se mal usan.

El hombre, además de ser una entidad espiritual individual, es una entidad física y social. En este aspecto necesita, inevitablemente, el aporte de recursos externos para desarrollarse. Si dichos aportes, aunque mínimos, son adecuados, y sus fuerzas psicológicas, económicas, culturales y espirituales son propiciadas, se hará posible su propia enmienda y crecimiento, para el bienestar de sí mismo y para bien de una patria grande que se integre en la totalidad. Surgen así el acuerdo, la solidaridad y la colaboración como bien de trabajo, y la alegría y el buen humor como expresión de vida. Son herramientas de acceso a estas expresiones, los objetivos mínimos e indispensables antes mencionados, que aún limitados, serán los pertrechos que pongan en un pie de igualdad de posibilidades a todos los individuos. Esto es indispensable para poner a prueba las potencias de cada hijo de este planeta, y para que haya evolución humana en libertad. Es fundamental que cada individuo, junto al aporte tecnológico, científico y las riquezas geográficas, pueda ejercer el derecho y el deber que la libertad implica. Sólo en este medio, pueden surgir y proliferar políticos que, como ley biológica, representen la idiosincrasia general de la población y reflejen sus méritos masivos en sus funciones y personas. Sólo así también, podrán surgir individuos cuya función principal, no se vea distorsionada, ni desnaturalizada por fanatismos, banderas, líderes, cultos, tendencias, escuelas, segregaciones raciales, personalismos o egolatrías. Es decir, que se pueda trabajar con sentido crítico, amplio y ético, para lo cual se requiere una psicología viviente y sentida a través del ejercicio del trabajo, que esté más allá de las falsas democracias. Es necesario que se hagan realidad los más caros anhelos de soberanía. Este debe ser el temperamento que impere en la ejecución y planificación de libertar el trabajo y éste puede ser el remedio para que, en el presente, la semilla de nuevos frutos. La libertad laboral, plantea coordinar la diversidad y la complejidad de intereses comunitarios, fijando límites mínimos, prioridades y congruencias entre sí, sin igualar hacia abajo ni descuidar jamás el progreso de la excelencia superior para todo y todos.

Si se busca resolver la problemática económica y cultural de los países, las distintas alternativas planteadas de ningún modo deberán quedar circunscriptas a hacer crecer las empresas, a recaudar más impuestos o aumentar los sueldos. Será necesario verla y resolverla en su totalidad. No debe implicar un planteo de privilegio sectorial excluyente de la totalidad. Debemos cuestionar los actuales modos de desarrollo socioeconómico del mundo ya que no condicen con la axiomática finalista y fundamental del hombre. Éste es un ser hecho con sentido de la enmienda moral y psicológica que tiene necesidades espirituales, sociales, éticas, estéticas, etc., además de las materiales todas ellas al igual que las económicas y científicas, lo llevan constantemente a una reivindicación de lo más íntimo y esencial, a través de lo cual encuentra la armonía de su propio ser, lo perfecciona y va más allá de él. Todo ello le da inteligencia, valor y amor, entre otras cualidades. Son atributos que desalinean al hombre y le permiten nacer, más universalmente y menos limitado. Estos conceptos son sólo parte de nuestra razón de ser, de nuestra vida y del trabajo, así como de nuestro destino de perfección infinita, donde la solidaridad humilde, afectiva y franca hacia los demás, es uno de los componentes fundamentales. Es por ello que voy a proponer, mas adelante además de hacer crecer económicamente a las empresas, los estados y los sueldos: hacer crecer también sicológica, económica, cultural y espiritualmente a los grupos sociales que componen los sectores marginados. Es decir, a los que no tienen trabajo y/o están subempleados o recibiendo ingresos de subsistencia o por debajo de ella. Estos grupos están afectados por factores culturales, propios y ajenos a ellos, que los marginan y constituyen una gran parte de la población mundial. También hay factores económicos sociales que impiden que tengan un piso mínimo para evolucionar. El desarrollo económico, excluyente de solidaridad y de los valores primordiales, es tanto o más cruel y destructivo que el subdesarrollo económico. Como también lo es el desarrollo científico y meramente intelectual de una cultura sin valores genuinos. Estas afirmaciones quedan demostradas, cuando en distintos pueblos del mundo vemos familias de abolengo, con títulos académicos y gran suficiencia económica, que conllevan una gran pobreza espiritual y carecen de valores solidarios. Por lo tanto ellos son también carecientes que necesitan de asistencialismo, aunque éste sea de otro tipo. La solvencia económica e intelectual, no alcanza para darnos un bienestar total y realizarnos en la plenitud de nuestras potencias. Lamentablemente, parte de este tipo de pobreza se transmite fatalísticamente a los niños que son nuestro futuro. Las empresas que propongo para libertar el trabajo, deben incluir aquellos grupos económicos, culturales y socialmente marginados, sin ningún trabajo, o con ingresos muy exiguos. Estos grupos requieren una asistencia especial, no sólo de parte de los gobiernos, sino de toda la sociedad. En todo el mundo, entre el 20 y el 70% de la población (según países), afronta problemas que atenían contra su capacidad para producir y aprender, así como graves problemas de subsistencia y complicaciones en la justicia y la salud. Sus estados de ánimo negativos, la falta de iniciativa, de rendimiento en el trabajo y de resistencia a las enfermedades, conllevan a un círculo vicioso que limita el desarrollo económico-social, cultural y general de sus países. Estoy convencido de que para ganar en la guerra, en la paz, en la ciencia y en todo lo que implique trabajo, conquista y evolución, se debe liberar a las personas del hambre, la ignorancia, y todo sometimiento al círculo vicioso de la miseria. Vencer a estos flagelos, permitirán que afloren las características de un ser y de un sentir inteligente. Temperamento y conducta que indicarán una gran evolución humanística, psicológica y educacional del mundo. El bienestar de una patria grande, sin distinciones socioeconómicas, exige promover por todos los medios posibles, una cultura de solidaridad en las clases medías y altas, y una cultura que tienda a la evolución de las clases bajas. A las madres humildes de los países pobres y ricos (cuya abnegación no se puede negar), se las ve con la cabeza gacha, tristes y muchas veces sin los recursos emocionales, intelectuales y materiales, para proteger a sus hijos. De madres desnutridas, generalmente nacen hijos prematuros y escuálidos, con graves disminuciones orgánicas y/o funcionales y propensas a enfermar y delinquir. Si los niños llegan vivos al destete, se producirá una fuerte disminución de su peso, precaria será su salud y cortas sus expectativas de vida. Se habla mucho de la educación, y se descuida lo básico para lograrla: la pareja, el sexo, la familia y los recursos para su subsistencia y ennoblecimiento cultural. La alimentación, la salud, la información, el aprendizaje, el trabajo, etc., son prioridades que necesariamente deben anticiparse a la educación, aún cuando esto, no resulte del agrado de algunos idealistas. Dichas condiciones de vida en la pobreza, producen una substancial disminución en sus potencias cerebrales, nerviosas, físicas y emotivas. Estas disminuciones, se tornan permanentes, y son la causa de la improductividad, la incultura y de múltiples problemas judiciales. La ciencia no tiene remedio alguno contra sus secuelas que son las faltas de: interés, dinamismo, creatividad, valor y alegría. Las energías emocionales e intelectuales, se hallan físicamente trabadas. Esto provoca una falta de capacidad para convivir y prosperar. Todos estos problemas son causados por la desnutrición, las enfermedades por carencias y las incidencias propias de la cultura que engendra la pobreza. Otras veces, las actitudes de la sociedad hacia ellos, agravan la situación. Para combatir las carencias de la niñez, es necesario librar una dura lucha contra el flagelo del hambre, que supera largamente en sus alcances, al del propio cáncer o al del SIDA, aunque estas enfermedades alarmen más, porque atacan también a los más altos niveles de la sociedad. La desnutrición, ataca masivamente a los más indefensos y produce más mortandad. Pero lo más grave son sus secuelas, que afectan a todo el mundo, creando la necesidad de cárceles, hospitales y manicomios, y provocando inseguridad, represiones, delincuencia, improductividad, etcétera. La alimentación adecuada, el trabajo, la vivienda y otros medios indispensables para el crecimiento individual, son como un privilegio en los sectores empobrecidos. A éstos se los critica despectivamente y se les reclama que reparen determinados comportamientos antisociales. Pero, ¿qué se puede esperar de ellos, cuando no se les ofrecen oportunidades laborales, económicas y educativas, y se promueve su corrupción y su sometimiento a la miseria extrema, a través del mal ejemplo que dan los mandos institucionales y empresarios? Debemos recordar aquí, que aún el más pobre, cuando va a comprar, paga impuestos. De este modo, la pobreza extrema, paga también empleados públicos, nuevas fábricas, nuevas guerras, etc. y, con su consumo individual exiguo pero importante en su conjunto, contribuye al sostenimiento de las universidades. Sin embargo vemos que gran parte de los profesionales que egresan de ellas, no están dispuestos a devolverles esos impuestos a los marginados. Lo cual prueba que la educación actual no capacita para responder al reto real del vivir. El estado de catástrofe y calamidad de los marginados es un ataque moral y económico que inevitablemente repercute en toda la sociedad. Algunos estudios sociológicos, de las neurociencias y sociales en desarrollo y aún lamentablemente incompletos parecen poder demostrar científicamente, que los sufrimientos de pequeños o grandes sectores poblacionales, producen desequilibrios en la salud emocional y espiritual de toda la humanidad (no percibidos conscientemente), sin distinción de pobres o ricos. Esto parece atentar seriamente la paz individual y mundial.


EDUCACION DE LOS MANDOS

Todos estos temas tan neurálgicos, no serán resueltos por los estados que por su gran extensión y funciones, no pueden atender lo singular y específico de cada uno de los problemas planteados. Los estados conforman su gobierno a través de los partidos políticos que a su vez deciden las personas que ocuparán los mandos. Estos mandos, al no surgir de sectores funcionales, son ajenos a cada realidad singular. Por lo tanto, carecen de aptitud y representatividad, así como también, de experiencia y conocimiento de los factores. Los gobiernos, así, resultan ser una artificialidad ajena a la problemática real de un país. A toda esta inconsistencia, confusión y falta de respuesta, no se la puede llamar democracia, ni soberanía representativa, por estar ajena e incapacitada para resolver seria y puntualmente las funciones estatales. Aún cuando esto surja del voto popular, carece de representatividad, porque al no provenir de la vorágine real del trabajo, los mandos son substituidos por asesores y burocracias que no siempre se originan en la verdad funcional, con costos que le restan dinero al presupuesto estatal. Es por eso que aquí estoy proponiendo un mix de empresas estatales y autónomas, que atienda toda aquella problemática que no puedan resolver por sí y unílateralmente los estados y mucho menos las empresas privadas. Desde antes de existir los estados llamados democráticos, se sabe que los mandos sólo sirven en la medida en que no pierden identidad, la que se consigue cuando cada sector específico es elegido para decidir su propio destino y el conjunto de estos puede, por elección y convergencia, sintetizar al estado representativamente. Sólo así, cada función de los estados podrá tener aptitud y eficacia para abordar los gravísimos problemas planteados y que hasta hoy no se resuelven. Recordemos que los principios sistemáticos del capitalismo actual, vienen desde la época de los fisiócratas y que los mandos sociales se totalizan con las empresas privadas. Empresas y estados tienen mandos opuestos. Es decir, las empresas privadas obedecen a intereses privados. Los estados obedecen (o tendrían que obedecer) a intereses de bienestar general. También son opuestos en el sentido de que las empresas son excesivamente puntuales y específicas de cada actividad y los estados, excesivamente abarcativos. Estos excesos inhabilitan a ambas partes para resolver lo aquí planteado y generan sufrimiento a todos y mucho más a los marginados. Es por eso que aquí planteo una pluralidad de mandos específicos y puntuales, capaces de libertar el trabajo: Empresas autárquicas.

Pero la realidad siempre es tal como se da, más allá de toda elucubración de cómo debería ser. Si ésta se mejora en el futuro, corresponderá a otra realidad a la que habrá que avenirse consecuentemente. Pero en base a la realidad actual, debemos adoptar las soluciones que requieren los actuales problemas. Si como vimos anteriormente, las empresas privadas y los estados no son viables, veamos como resolverlo. A mi entender, hay que tomar referencias de lo que sirve de ambas situaciones y conjuntarlas en nuevas figuras funcionales. La resultante deberán ser empresas estatales autárquicas que funcionen como las mejores empresas privadas. Estas nuevas empresas deberán tener fines de lucro como las empresas privadas y deberes específicos que los estados no pueden cumplir adecuadamente por la excesiva pluralidad de funciones que deriva en una falta de identidad funcional.

AUTOCRÍTICA Y CONCLUSIÓN

Esta propuesta suena a una exposición extemporánea. Hay aquí una carga de conceptos y consideraciones que no se llevan con el sentir y la acción del acervo cultural. El hacer, no necesariamente es conceptual. O dicho de otro modo, lo expuesto no condice con el sentir instalado en la sociedad. Estamos llenos de buenos propósitos que se contradicen con nuestra acción. Tanto lo conceptual como lo teórico podrá unirnos temporalmente, pero nos volveremos a desunir si nuestra colaboración sólo está basada en convencimientos y conceptos teóricos y meramente intelectuales. En cambio, si percibimos lo grave de los hechos y su verdad, podremos diferir en los detalles, pero no habrá ningún empeño en separarnos. Casi todos estamos acostumbrados a colaborar respecto de una ideología, una autoridad, un patrón, líderes, banderas o ideologías. Nos unimos en colaboración según un concepto o un ideal. Esto es una mentira que difiere de una colaboración originada en la verdad y en la necesidad de poner en práctica esa verdad. Debo advertir que no estoy hablando de las mentiras que se profesan para la conquista del sexo, el ardid o la estafa. Estas no son tan graves como nuestra falta de conciencia en el sentir, pensar y hacer. Esta falta de atención para vivir consientes de la realidad crea una mente aletargada y casi en estado de sueño o ensueño que carece de vigilia y autonomía para distinguir lo verdadero de lo falso. Esto mismo impide ver y comprender el temor y el sufrimiento que provocamos y profesamos. Ello es como ser devotos de un culto del satanismo o del sadomasoquismo tras nuestras mentiras e inconsciencia de la verdad de los hechos. Esta verdad debe despertarse en nosotros y cada uno debe ser consiente de ella en la totalidad del vivir. Cuando vemos la verdad circundante e interior, entonces nuestra comprensión es común y esto nos lleva a la acción de trabajar unidos. Sólo así podremos también ver lo falso y darnos cuenta de cuando no debemos colaborar como idiotas útiles. Si cada uno de nosotros despierta el corazón al unísono con la mente y todo su ser, saldremos del estado de aletargamiento que produce conflictos, miedos, confusiones y desuniones. Sólo esto producirá una auténtica e imperecedera revolución psicológica, capaz de enfrentar los hechos con la valentía del amor. De tal manera, colaboraremos sin necesidad de persuasiones. Las persuasiones se requieren cuando se toman posiciones inamovibles. Cuando los individuos están convencidos por ideología, credos, o tradicionales mentiras: no son libres y provocan oposiciones, que crean antagonismos, falacias, fanatismos, fundamentalismos y guerras. Por lo tanto, debemos ver la verdad más allá de todo lo aquí expuesto para una sociedad que no es consciente del analfabetismo, la incultura y la pobreza que empuja a las cárceles y a los hospicios a sus propios sometidos. Mientras esto siga así, podrá decirse que propuestas como la presente, son sólo una mentira enajenada de lo real. Pero aún así, considero que debemos ver la verdad humildemente y con coraje. Es por ello que la en "Recursos humanos y físicos para la paz" (otro ensayo del mismo autor) tomo la línea mas baja de la pirámide social. Es decir, a presos y alienados, para facilitar su ennoblecimiento, libertad y salud. Allí puede verse cómo las ya mencionadas empresas estatales, pueden actuar no desde lo ideal, sino desde lo real y vértice de cada sector vulnerado o vulnerable. Es necesario recuperar los recursos físicos. Recordemos que París hace pocos siglos fue un pantano. Hoy es una ciudad bella y la más visitada del mundo. En dicho titulo expongo detalladamente como lograr que Argentina sea un ejemplo de vanguardia. Se trata de recuperar los espacios inundables, contaminados, contaminantes y sin valor económico, para su saneamiento y revalorización. Se generan millones de nuevos puestos de trabajo, energía, viviendas, industrias y una pluralidad de medios para el bienestar general. Hay que testimoniar con hechos los beneficios que implican las empresas propuestas, para enmendar la tan escandalosa situación actual. Así mismo que ello sirva como ejemplo para resolver problemas en otros lugares y situaciones degradantes del mundo. Hay que examinar la realidad e implementar soluciones concretas; aprender de ello y seguir aprendiendo con sus resultados. Esto es valido, para la paz individual, como para la paz del mundo. Pensemos y actuemos al unísono del sentir. Que nuestro corazón esté presente. Estudiemos atenta y permanentemente nuestros comportamientos y aprendamos de sus consecuencias. Hagamos esto individual y socialmente. Así la vida se llenara de energía, gozo, bienestar y plenitud. Funcionaremos con amor universal. Lograremos así, sentir la vida como una maravillosa sensación, tanto en lo colectivo como en lo individual.

















COMO LIBERTAR EL TRABAJO………………………………1
INTRODUCCIÓN………………………………………………2
LIBERTAR EL TRABAJO. DEFINICIÓN…………………….5
OBSERVACIONES…………………………………………….5
ALGUNAS ACCIONES NECESARIAS PARA LIBERTAR EL TRABAJO:…………………………………………………11
REFLECCIONES……………………………………………..14
OTRAS CONSIDERACIONES PARA LIBERTAR EL TRABAJO……………………………………………………...16
EMPRESAS AUTÁRQUICAS……………………………….19
EDUCACION DE LOS MANDOS………………….............33
AUTOCRÍTICA Y CONCLUSIÓN………………….............34








BIENESTAR SOCIOECONOMICO
Y SOBREABUNDANCIA DE TRABAJO


EL TRABAJO PUEDE PASAR A SER UN JUEGO ALUCINANTE

LA LIBERTAD LABORAL
ES LA AUTENTICA EMANCIPACION
ECONOMICA ESPIRITUAL Y SOCIAL

ES URGENTE Y POSIBLE CREAR 5 A 10
MILLONES DE NUEVOS TRABAJOS Y/O EMPLEOS
PARA EL MUNDO (MAYOR A TODOS LOS DESOCUPADOS DE HOY)


EL TRABAJO ES EL PIB DEL MUNDO


NUEVAS MEJORAS Y NUEVOS SINDICATOS


EL COMO TRABAJAMOS GENERA EDUCACION BIENESTAR Y PAZ. LA PAZ ES AMOR


CON LIBERTAD LABORAL SE PUEDE VENCER ESTA DICTAR DURA ECONOMICA Y ESTA HUELGA MUNDIAL

NUEVAS MEJORAS Y NUEVOS SINDICATOS

NUEVAS EMPRESAS, ESTADOS Y PERSONAS (COMO ORGANIZACIONES LABORALES) SON LA REDENCION ESPIRITUAL Y MATERIAL DEL MUNDO


LA LIBERTAD LABORAL ES ORDEN Y AMOR. EL ORDEN IMPLICA LIBERTAD Y LA ALEGRIA DE SENTIR LA MARAVILLOSA SENSACION DE ESTAR VIVOS

SOLO CON LIBERTAD LABORAL AUMENTARAN LOS INGRESOS, EVOLUCIONAREMOS Y CONSTRUIREMOS EN UNA PAZ, SIN POBREZA HUMANAS NI FISICAS